"El ánimo está pésimo", dijo la madre de Cristian Ibáñez, uno de los tripulantes del submarino Ara San Juan

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Como otros familiares de los hombres a bordo de la nave, Ester Alfaro viajó a Mar del Plata para seguir de cerca el rastreo.


 Varios familiares de los 44 tripulantes del submarino Ara San Juan viajaron desde distintos puntos del país a la base naval de Mar del Plata, a donde debían arribar hoy a bordo de la nave desaparecida desde el miércoles.


"Dios quiera que los encuentren", dijo a la señal TN Ester Alfaro, madre del tripulante Cristian Ibáñez. "¿Cómo está el ánimo?", le preguntó el periodista Julio Bazán. "Pésimo", respondió la mujer. Recordó que su hijo trabaja hace 10 años en el submarino y que la última vez que hablaron fue por teléfono fue antes de que él se embarcara.

Es la primera vez que Ester visita la base naval de Mar del Plata: "Me acerqué porque quería saber más. Vengo a ver cuál es la última noticia", dijo.

El submarino perdió comunicación el miércoles pasado, cuando hacía el trayecto entre Ushuaia y la Base Naval de Mar del Plata.

Un familiar de un buzo táctico de la tripulación, Leandro Cisneros, se mostró optimista: "Hay que ver qué pasa, Dios quiera que los encuentren", dijo el hombre. Y aseguró que tomó las siete llamadas recibidas por la Armada como provenientes del submarina como "una esperanza". Aunque acotó: "No podemos hacer nada".

Ayer, la Armada anunció que había recibido siete llamados provenientes del submarino. Pero hoy, el jefe de la Base Naval de Mar del Plata, contralmirante Gabriel González, dijo que "no tienen una clara evidencia" de que los siete intentos de llamado "hayan provenido" del submarino extraviado desde el miércoles. Y aseguró que "se continúa analizando" el origen del contacto.

Por su parte, el padre de Franco Espinoza, un tripulante jujeño del ARA San Juan, dijo hoy que había "una navegación normal" hasta que se perdió contacto con el submarino y manifestó la "preocupación" de la familia, que espera recibir "noticias positivas" sobre la búsqueda.

"Los familiares estamos todos preocupados y ojalá lleguen novedades positivas. Esta es la tercera vez que mi hijo salía a navegar en el ARA San Juan, que estuvo en reparación hasta 2014 para luego ser llevado a Mar del Plata", dijo Alberto Espinoza, padre de Javier, uno de los 44 tripulantes del submarino.

El hombre dijo que su hijo está radicado hace cinco años en Mar del Plata, donde vive con su esposa, Andrea, y su hija Bianca, de 5 años.

"Javier es buen hijo (el segundo de seis en total), siempre aspiró a crecer. En 2003 se recibió de técnico en electrónica -contó- pero él quería seguir una carrera militar, especialmente dentro de la Fuerza Aérea. Era la inclinación que tenía desde chico".

Espinoza estudió en la escuela de suboficiales de la Armada, de la que egresó en 2005 con el grado de cabo y con uno de los mejores promedios, por lo que integró la tripulación de la Fragata Libertad que dio a la vuelta al mundo.

Después de casi diez años de servicio pasó a un buque en la base naval de Mar del Plata, asignado al área eléctrica, y después hizo un posgrado de submarinista con lo cual pasó a ser parte de la tripulación del ARA San Juan.

La última vez que Espinoza se comunicó con su hijo fue el miércoles, el día que el submarino zarpó desde Ushuaia hacia Mar del Plata: "Me habló una hora antes al mediodía, incluso me mandó fotos que se había sacado ahí", comentó.

Entre otras cosas, dijo, le contó cómo era la ciudad, el recorrido que hizo el submarino y que "todo era normal, sin ningún problema y que el viaje iba a ser más largo que la ida, de entre 15 y 20 días".

Espinoza dijo que en las próximas horas su esposa viajará hacia la base naval de Mar del Plata donde se encontrará con su nuera, quien tiene contacto directo con la Armada.

Respecto a las llamadas satelitales fallidas, de las que se procura establecer el origen, Espinoza dijo que podría significar un "indicio importante" para localizar el sumergible.

El último contacto con el ARA San Juan, uno de los tres con que cuenta la Armada, fue el miércoles a las 7.30, y el operativo de búsqueda se activó en la noche del jueves, luego de no recibir la comunicación prevista a las 22.

Hipótesis


El vocero de la armada, capitán de navío Enrique Balbi, aseguró esta tarde que "no se descarta ninguna hipótesis" en torno de lo que pudo haber ocurrido con el submarino. Y afirmó que, tal como está equipada la nave, la tripulación no tendría problemas de oxígeno ni de víveres.

Asimismo, el vocero admitió que las malas condiciones del mar en la zona de búsqueda "dificultan" las tareas para localizar la nave.

"No descartamos ninguna hipótesis" respecto de lo que pudo haber ocurrido con el ARA San Juan.

Como todas las posibilidades están siendo evaluadas, agregó en declaraciones a la prensa, se está trabajando tanto "suponiendo que está en la superficie como en inmersión, con o sin propulsión". Por otra parte, "no estamos hablando de supervivencia" de los 44 tripulantes que van en el submarino, porque partió de Ushuaia con todo lo necesario para hacer una travesía de 10 días, que debía concluir hoy, y cuenta con "víveres para 15 días más y unos días más también".

Además, el problema en este momento "no es un tema de oxígeno", ya que también cuentan con almacenamiento suficiente, dijo.

Balbi precisó que los buques que estaban buscando el submarino con "sondas" que barren el fondo "están capeando el temporal" que se desató en las últimas horas "con olas de cinco metros".

De esta forma, "reciben tantos ecos falsos en radares que se ve reducido el porcentaje" de posibilidades de detección.

La situación del mar, puntualizó, "dificulta tanto la detección visual como de radar".

El área de búsqueda, agregó, es un sector "rectangular" a través del Golfo San Jorge, a unos "430 kilómetros del punto más cercano a la costa", por "fuera de la zona económica exclusiva (argentina), pero dentro de la plataforma continental", dijo.

Fuente: La Nación
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