Los argentinos que viven viajando y fueron considerados los mejores mochileros del mundo

Interés General
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Los dos siempre fueron viajeros, pero lo que los empujó finalmente hacia la vida nómada fue la crisis. Juan está festejando 20 años desde la primera vez que hizo dedo de Mar del Plata a Villa Gesell, pero recién en 2005 apostó todo a viajar (ya lleva recorridos 90 países). En la nota cuenta el impacto que tuvo en él el estallido de 2001: "me di cuenta de que podías trabajar toda tu vida para tener una casa, una carrera y, de un día para el otro, podía desaparecer". A Laura le pasó en carne propia pero en 2010, cuando llegó a trabajar un lunes y no pudo abrir la puerta porque la agencia de viajes en la que trabajaba había cerrado sin aviso durante el fin de semana. Cuenta a LA NACION: "Ese día, mi "estabilidad" se vino abajo. ¿Cómo iba a pagar el alquiler? ¿Qué iba a hacer ahora? Ahí me hizo un clic muy fuerte, y fue un antes y un después".

Sus caminos se cruzaron cuando ella le escribió después de leer su primer libro Vagabundeando en el Eje del Mal - Un viaje a dedo en Irak, Irán y Afganistán (que agotó su cuarta edición y ofrecen desde su blog de forma directa). Intercambiaron algunos mails y notaron que la conversación fluía con magia. Decidieron conocerse y aseguran que al tercer día de viajar juntos ya estaban completamente enamorados.

En este último tiempo recorrieron América Latina, África y Europa. Viven de escribir, ya sacaron un libro juntos ( Caminos Invisibles - 36.000 km a dedo de Antártida a las Guayanas) y están armando otro focalizado en mostrar la hospitalidad de la gente de todo el mundo. Además, tienen esponsoreo en sus blogs ( el de ella es un hit entre viajeras argentinas) y hasta hicieron una publicidad de la aerolínea Avianca.

-¿Alguna vez consideraron dejar este tipo de vida?

Juan: La verdad que no, a esta altura sería muy duro pensar en volver atrás. Esta es nuestra pasión, nuestra profesión y nuestra fuente de ingresos al mismo tiempo. Cuando esas tres cosas van juntas, sería muy extraño querer dejarlas. Hemos logrado después de años un nomadismo sustentable. No sólo viajamos por placer: cada itinerario está trazado en función de un plan de libro, indagando en aspectos específicos de cada país visitado. La posterior transformación de esos pasos en literatura de viajes son un emprendimiento de tiempo completo. Cuando empecé, me sustentaba con la venta de libros artesanales, no existían las redes sociales ni la posibilidad de vender los libros desde el blog como ahora. Pensaba que me estaba saliendo del sistema, pero me equivocaba. Ahora, con la perspectiva que te da el tiempo, entiendo que lo que estaba haciendo era elegir mi propio lugar en el sistema, con mis reglas, pero no abandonarlo. Hoy tenemos varios proyectos editoriales en agenda, algunos relacionados con viajes ya realizados, y otros por venir. Gracias a la repercusión que tuvo una reciente entrevista en The New York Times, también se abrió la puerta a traducir los libros a otros idiomas. A veces incluso sentimos que esto recién empieza.

Fuente: La Nación
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