Laura Molida, una mamá que vivió de cerca la leucemia y ahora contiene a otras mamás en situación similar

lucha leucemia
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Ninguna persona está preparada jamás para escuchar que su hijo tiene una enfermedad que atenta contra su vida. Sin embargo, muchos de estos casos tienen solución aunque por momentos cueste verlos. Esto es lo que le ocurrió a una mamá sanjuanina. Se trata de Laura Molina, una mamá que desde hace dos años lucha junto a su hijo Mateo, de apenas 5 años quien fue diagnosticado de leucemia. Ahora, Laura acompaña a madres que viven situaciones similares para contenerlas en los difíciles momentos.


La leucemia para muchos, además de ser una enfermedad que amenaza la vida, simboliza lo desconocido y lo peligroso, el sufrimiento y el dolor, la culpa, el caos y la ansiedad. Cuando la persona que padece es un niño, todas estas reacciones emocionales suelen ser más intensas tanto para el pequeño paciente como sus padres. Para sobrellevar esta situación se debe tomar conciencia sobre los síntomas y los tratamientos ante la enfermedad.


Es por ello que Laura, una mamá que desde hace dos años lucha junto a su hijo Mateo, de apenas 5 años quien fue diagnosticado hace dos años de leucemia, acompaña a madres que atraviesan una situación similar para que se sientan contenidas y a la población en general para que tomen conciencia.  “Es una lucha diaria y lidiamos con los peor cada día. Es una lucha diaria en donde uno tiene que tener mucha fuerza, mucho acompañamiento que es lo fundamental tanto para el niño como para la madre que acompaña. Gracias a Dios puedo decir que tengo una familia y unos amigos de oro que son los que me acompañaron en cada momento y cada día, me siguen acompañando y son los que me dan fuerza para seguir sobrellevando esto.  Entre los dos los vamos llevando de la mejor manera posible, entre un amor que es increíble. Creo que con amor y contención se puede absolutamente todo”, cuenta Laura Molina en una entrevista para DIARIO MÓVIL.


La lucha de Laura por su hijo Mateo comenzó hace dos años. Los únicos síntomas que el pequeño manifestaba era un fuerte dolor en su talón derecho. Ese fue el momento en que la mamá comenzó a consultar diferentes especialistas y ninguno de ellos podía darles un diagnóstico preciso. “En lo único que todos coincidían en que era maña”, recuerda Laura.


La situación del pequeño Mateo comenzó a empeorarse más a medida que el tiempo transcurría. “Luego de tres meses y medio que no nos daban diagnóstico decido irme a Mendoza. Me fui sin derivación ni nada porque los mismos médicos se negaban a hacerme la derivación para llevarlo a otro lado porque me decían que no era necesario, para qué lo iba a hacer y demás. Fueron unos meses terribles”, explica Laura.


En la provincia vecina tuvo la terrible noticia. Le diagnosticaron leucemia  y no mañas como los anteriores especialistas le decían. “El dolor en el talón era porque tenía como un agujerito en ese lugar que se le había hecho por la leucemia. Se había manifestado de esa forma. Por lo que el dolor de él era diez veces más a lo que él me manifestaba”. Estuvo con su hijo en Mendoza durante un año en donde le suministraron al pequeño paciente un tratamiento con quimioterapia. En estos momentos Mateo se encuentra en una etapa de mantenimiento en donde no necesita trasplantes.


Sin embargo, todo el proceso que pasó con su hijo fue lo que a Laura la movilizó para decidirse y comenzar a ayudar a otras madres que atraviesan su misma situación. “Decidí hacer esto por las madres que están esperando un donante compatible para sus hijos. Es muy triste y dolorosa esa espera porque se estima que una cada 40 mil personas puede ser compatible con nuestro código genético. Es decir, es alarmante el número”, reflexiona la mamá al mismo tiempo que busca que la sociedad tome conciencia sobre la importancia de la donación de sangre para los pequeños pacientes.


“La idea es tratar de achicar aunque sea un poco ese índice, que la gente se empiece a concientizar y que la gente sepa qué es la donación de médula, que es algo súper sencillo, no es peligroso, no pone en riesgo la salud, no se pierde la médula y luego no se recupera. Es tratar de desmitificar estar idea que se tiene sobre la donación de órganos. Decidí hacer, poniéndole todo el corazón y todas las ganas para que funcione”, dice Laura.


 “Espero que toda la sociedad recapacite que se pueda dar cuenta de la importancia de donar médula, que no esperemos a que nos pase o que nos toque muy de cerca para recién reaccionar para darnos cuenta, que es el momento para hacerlo y sin necesidad de esperar una situación triste o dolorosa” , concluye Laura Molina.

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