Presos construyeron muebles para quienes más lo necesitaban

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Internos de la Unidad 46 de San Martín construyen muebles para personas necesitadas. Se trata del programa “Construyendo Sueños” en donde se los capacitó en carpintería y decidieron ayudar a las familias afectadas por las inclemencias climáticas en Salta.


Es oportunidad de hacer algo por los demás, de agradecer las herramientas para poder hacerlo, de aprender un oficio, y de pasar el tiempo. El taller de carpintería de la Unidad 46 San Martín, en el Gran Buenos Aires, acoge el trabajo de 40 presos que en el marco del programa "Construyendo Sueños" estos días han hecho llegar a niños necesitados 100 camas, 100 mesas, 150 bancos, 120 sillas y 30 mesitas.


Los destinatarios son cinco jardines de infantes afectados por las inundaciones de febrero pasado en la provincia de Salta. La estimación es poder ayudar a 250 niños y docentes que asisten a esos establecimientos.


Esperanza para los niños y esperanza para los privados de su libertad. El programa contempla tres divisiones dentro del taller, donde se fabrica todo tipo de mobiliario construido y donado de acuerdo a las necesidades: mesas, sillas, percheros, bibliotecas, cunas, camas, juegos didácticos, artesanías y otros, que son destinados solidariamente a escuelas, jardines, parroquias y comedores que lo soliciten.


"Todos nos estamos capacitando. Creo que la gran mayoría puede salir y trabajar de carpintero porque nos hemos especializado. Sentimos mucho orgullo de poder ayudar a los que más lo necesitan y de poder ocupar el tiempo que estamos acá en algo productivo", dijo Eduardo, uno de los detenidos y miembro del programa.




Los muebles son además elaborados con insumos y equipamientos donados por empresas, obtenidos gracias al apoyo del Hogar de Cristo, y la Parroquia San Juan Bosco del Obispado de San Martín. Los internos incluso colgaron carteles agradeciendo las donaciones.


A principio de año, las persistentes lluvias en el norte del país y en los países limítrofes provocaron crecidas y desmadres en los ríos Pilcomayo y Bermejo, causando aislamientos de pueblos y derrumbes en carreteras, casas y edificaciones. Más de 10.000 familias fueron afectadas por las inclemencias climáticas. Hoy, gracias a la ayuda de los internos, la realidad de parte de los afectados comenzó a cambiar.

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