Se dieron cuenta que son hermanas 30 años después: vendidas por la misma partera

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Las chicas se dieron cuenta que fueron vendidas por la misma partera. Fueron llevadas a ciudades diferentes Débora a Rosario y Victoria a Capilla del Monte.






Débora Orué y Victoria Torrente descubrieron que eran hermanas y que estuvieron separadas durante más de 30 años.

Las chicas se dieron cuenta que fueron vendidas por la misma partera. Fueron llevadas a ciudades diferentes Débora a Rosario y Victoria a Capilla del Monte.

Según reveló Victoria, ella se enteró de su historia familiar a los 32 años, cuando un tío le dijo antes de morir que “había sido comprada a una partera un día después de su nacimiento”.

Por su parte, Débora conoció su pasado luego de que muriera su madre y de que enfrentara a su padre para que le dijera la verdad. Ambas supieron que eran hermanas tras enviar un hisopo con su material genético a un banco de datos de Estados Unidos, que cotejó la información y confirmó el vínculo familiar.

A partir de esta situación, y de una investigación que hizo a través de las redes sociales, Victoria creó un grupo llamado “Nuestra Primera Página”, donde descubrió que había otras personas que habían sido vendidas por la misma partera, llamada Josefina Messulam. “Algunos tienen 20 años más que yo, lo que muestra que vendió bebés toda la vida”, agregó la joven.

Finalmente, la desesperación por saber su pasado llevó a Débora a buscar su partida de nacimiento y a rastrear el nombre de la partera, Josefina Messulam. Tras observar que muchas personas denunciaronhaber sido vendidas por la misma mujer, decidió enfrentar a su padre. “Ahí lo confronté y me lo confesó. Dijo que me habían comprado, que habían pagado muchísima guita y que la entrega había sido muy rápida. Pidieron un bebé un día y a la semana se lo entregaron”, reveló la mujer con dolor.

A las pocas semanas de ocurrido ese hecho, ambas recibieron un mail del banco de datos de Estados Unidos que afirmaba que ambas eran “hermanas completas”. En medio de un torbellino de emociones, Victoria y Débora recorrieron los 500 kilómetros que las separaban y se reencontraron.

“Fue muy impresionante. La misma sonrisa, las mismas paletas, la misma forma de ser, tranquila. Siempre me había preguntado ‘¿por qué yo no grito como mis padres?’, ‘¿por qué no pego como mis padres?’. Ahí estaba la respuesta”, reveló Victoria.

Fuente: Infobae
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