Camino del Inca, una majestuosa obra de ingeniería presente en San Juan

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El llamado Camino del Inca es una obra de ingeniería de la cultura incaica que se puede apreciar en varios países de Sudamérica. Algunos tramos perduran claramente en la actualidad  y otros se fueron desdibujando con el correr del tiempo. Incluso, hay partes de la senda en donde los que el camino se pierde, para volver a surgir nuevamente decenas de kilómetros más adelante, como sucede en el Valle de Iglesia, en la provincia de San Juan, en donde se pueden apreciar varios vestigios de la presencia de la cultura incaica en el territorio.


Se llama Camino del Inca al entramado de caminos que conformaba el sistema vial del imperio incaico. Muchos de sus tramos perduran claramente en la actualidad y quizás el más famoso es el que conecta la ciudad de Cuzco con Machu Picchu.  Sin embargo, también hay partes de la senda que se fueron desdibujando con el correr del tiempo, la acción climática y la actividad antrópica. Incluso, hay lugares en los que el camino se pierde, para volver a surgir nuevamente decenas de kilómetros más adelante, como sucede en el Valle de Iglesia, en la provincia de San Juan.


En el siglo pasado, investigadores de distintas especialidades discreparon sobre si el camino pasaba por los valles o por la parte alta del sector precordillerano de San Juan. Finalmente, científicos del CONICET, la Universidad Nacional de San Juan  y la Universidad Nacional de Cuyo relevaron un sector entre las localidades de Tocota y Villa Nueva, y confirmaron que el Camino del Inca atraviesa los valles en el departamento Iglesia, rumbo a Calingasta y Uspallata.


El relevamiento llevado a cabo por los investigadores se efectuó en varias sendas ubicadas en las cercanías del Cerro El Divisadero, unos 2 kilómetros al sur de la zona de Tocota, y en un sector ubicado a unos 8 kilómetros de esta misma localidad. En camino se verifica como de origen incaico por el hallazgo reiterado de fragmentos de cerámica del llamado período de dominación estatal del Imperio Inca sobre esta parte del sur de América.


Además, se hallaron construcciones asociadas al camino seguramente como lugar de apoyo y asistencia a los viajeros. Entre ellas, un conjunto de recintos pircados de forma oval o semicircular, con sus aberturas ubicadas hacia el este y a muy escasa distancia del camino incaico. También se toma coma evidencia la utilización de este camino durante el período incaico es la presencia de alfarería incaica en la superficie de la mayoría de los pircados.



Un camino para expandir la cultura


El tramo comprendido entre Tocota y Villa Nueva es de casi 26 kilómetros. “En general, aparecieron restos de escudillas o de platos y, en la mayoría de los casos, unas vasijas de forma cerrada, con el cuello y la boca de un ancho menor que el cuerpo. Seguramente, servían para contener comida o líquidos”, describe Alejandro García, investigador del CONICET. Entre esas vasijas, estaban los aríbalos, unas piezas grandes con ataduras, que solían cargarse en la espalda. “Algunos cronistas dicen que en los aríbalos se transportaban líquidos importantes como la chicha, una bebida alcohólica que se utilizaba en las ceremonias”, expresa el investigador.


“Otro dato importante está dado por la presencia de un conjunto de recintos pircados al sur de Tocota, en cuyo interior también se encontraron elementos incaicos”, aclara. Los recintos hallados por los científicos son estructuras de paredes de forma redondeada. Están situados al costado del camino, uno al lado del otro.“Evidentemente, funcionaban como un lugar de descanso o de pernocte para los viajeros del camino”, afirma García. Ellos eran jóvenes que corrían largas distancias de forma continua, llevando  y trayendo mensajes.

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