Se agranda la escuela de NICANOR, el maestrito sanjuanino

El fondo de la casa del niño quedó chico por las donaciones de quienes se conmovieron con su historia.

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Foto exclusiva de Mara Belzagui para DIARIO MÓVIL

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Hace 3 años que Nico tiene la escuelita "Patria Unidad" en la sencilla casa del Barrio Las Piedritas, en Pocito. Sin embargo recién ahora tienen el crédito que merecen por semejante ejemplo de valores, servicio y superación.
La abuela de Nicanor, Ramona, trabaja de empleada doméstica, amasando pan y semitas, cosechando aceitunas. Todo lo hace para armarle con pallets y sábanas las aulas en la que su nieto de 12 años les enseña a los vecinitos. La historia se viralizó y así comenzó la lluvia de donaciones. Lo mejor son los bancos nuevos y la biblioteca que tanto ansiaba el profe. Pero también hay cajas de jugo, una bici, ropa, guardapolvos, una bandera de ceremonia, harina, cajas de té. El fondo quedó chico y habrá que remodelar. Desde el municipio y hasta de la gobernación fueron a visitarlos para ponerse a disposición.


Foto exclusiva de Mara Belzagui para DIARIO MÓVIL

Un profe muy especial
Ese nene que cuando va al centro pide pasar por la casa de Sarmiento, ahora volará a ver a Marcelo Tinelli para compartir su valiosa historia con todo el país. Por primera vez verá la Capital Federal y viajará en avión. Se le achinan los ojos negros de entusiasmo y nervios por la experiencia.
Nico va en la mañana a la escuela, llega a casa al mediodía y se pone a hacer los deberes. El almuerzo, después. Y ahí nomás abre la escuela. Toda la siesta y la tarde la pasa con los 3 turnos de alumnos.
El jefe de Policía, que también fue a visitarlos, se quedó asombrado, sabiendo que es la edad en la que muchos se vuelvan a las sustancias o a la delincuencia por exceso de tiempo libre y vulnerabilidad.
Nico es tímido cuando no está frente al pizarrón. Es muy observador y sensible. Fundó la escuela porque entendió el sufrimiento de sus pares. Le confesó a su abuela que había niños a los que les pegaban en la casa si llevaban malas notas. Nota la grasa en las manos del chico que trabaja en vez de ir a clases. Sabe si los chico pasan hambre. Entonces el se propuso ayudarles. Por eso todos los días limpia el pizarrón y coloca la fecha, el área de estudio y las primeras consignas. Advierte a sus estudiantes que copien en un tiempo razonable porque tiene que borrar. Y cuando los alumnos se distraen o le cuestionan el dictado, no le tiembla el pulso para ponerles un 1. Pero ahí nomás les quita la hoja y les da una nueva en blanco para otra oportunidad.


Foto exclusiva de Mara Belzagui para DIARIO MÓVIL

La abuela cómplice
La cara de Ramona tiene varios surcos que la vida de trabajo le dejó. Tuvo 9 hijos y tiene que sacar la cuenta para calcular los nietos. Y además, suma 34 nietos postizos que son los alumnos. "Siempre me han seguido los niños. Cuando vivíamos en la costa canal tenía una copa de leche" contó.
Por esa vocación de madre, no dudó en llevarse a Nico y sus hermanos a vivir con ella, sin cobrar ningún plan. Estaban en riesgo por la difícil relación de los padres. Nico llegó con 5 añitos recién cumplidos y hoy es un pre adolescentes esbelto.

Se emociona cada vez que habla de la escuela, del nieto y del sacrificio que hicieron. Y entre que atiende a los periodistas, al teléfono, a los padres de los alumnos y ordena los recortes de diarios donde salió Nico...casi que no le va a dar tiempo de hacer el almuerzo.



Entonces se sienta en uno de los flamantes bancos de caño donados para tomar aire. "Solo pido a Dios verlo salir de la secundaria y que estudie lo que él quiera y salga adelante por sus propios medios". Se seguirá sacrificando porque tiene recompensa. Una noche Nico le dió un beso y le dijo: "Abuela no te vayas nunca, que con vos tengo todo".


Foto exclusiva de Mara Belzagui para DIARIO MÓVIL

Patria y Unidad
Nico bautizó la escuela en honor a la Argentina y a la unidad de los niños, según contó a DIARIO MÓVIL. Empezó con unos tachos de pintura de 20 litros dados vuelta como bancos, pero hoy tiene unos hermosos y un mesón de tareas también. Consiguieron libros de cuentos, útiles, guardapolvos. Y también en el lugar habrá un control odontológico y pedagógico a los alumnos.
Son 34 los vecinos/alumnos distribuidos en3 turnos. Los más grandes van casi al caer el sol. Y se alumbran con linternas para completar la tarea. "Nos encanta venir, más que a la otra escuela" contó el turno siesta.


Foto exclusiva de Mara Belzagui para DIARIO MÓVIL

Todo el barrio está revolucionado y son varios los vecinos que apoyan la iniciativa. Todos van a hacer falta para ordenar y pasar al frente la escuela, la bandera, la campana y las aulas. Con tantas donaciones el fondo quedó chico.
Y lo mejor es que gracias a esa solidaridad, Nico ya cumplió un sueño: la copa de leche.

Por ahora Ramona les hace semitas y el té. Solo ha pedido que alguien le ayude a trasladar desde el centro a Quinto Cuartel la cocina que le donaron. Y también necesitará más harina. No porque se acabe la merienda cuando se acaben los insumos, sino porque le costará de su bolsillo. La premisa de la mujer es que no le falte nada a Nico ni a los chicos. Si hasta los despide con un beso en la cabeza, uno por uno.