Niiiiiiño, el posteo de un sanjuanino orgulloso que se convirtió en viral

El texto fue compartido hace algún tiempo y hoy cobra especial importancia por celebrarse el Día de la Fundación de San Juan. Míralo en esta nota.





“Sanjuanino soy”


Hola, me llamo Javier y soy de San Juan, Argentina. A nosotros nos dicen sanjuaninos pero yo prefiero que me digan Sanjua. Los sanjuas… en algún momento de nuestra historia cambiamos la “R” por la “SRH”, de modo tal, que algo sabroso no es rico sino… “Srhico”.
El sanjuanino no está decaído, está “achacado”; al surtidor no lo cierra, lo apaga. Los sanjuaninos no se juntan, “se amuchan”. Un rato es “un cacho”. Las cosas no se nos arrugan, se nos “apachangan”. Si no tenes experiencia sexual sos un cartucho y para destacar que algo hiciste mal te manda un… “velo ve”.

Los Sanjuaninos no comemos Alfajor de Maicena, comemos “maicenitas”. La torta frita es una “sopaipilla”; la flauta de pan, una trincha; la batata es un “camote” y la remolacha es una “Veteraba”. Cuando nos duele no decimos “ay que dolor”, decimos “ayayay”. Si algo nos llama la atención o nos parece exagerado cantamos un… “niiiiño”. ¿Si tenemos frio?.. “Ta fresco el zonda”. Cuando conocemos al conocido del otro despachamos un… ”San Juan es un pañuelo” o “Que chico es San Juan”

En San Juan a las acequias les decimos “cunetas”, a la rabona o rata la llamamos “chupina”; a lloviznar “chispear”. Si te subís al lomo de alguien te subís “a peteco”. Reafirmamos una verdad diciendo: “en serio” o “de huevo”. Hace un tiempo atrás es “la otra vuelta”. El perro es un “choco”, el cerdo un “chancho”; el semicírculo es “el transportador” y el ombligo es el “pupo”.

San Juan no conoce una semana santa sin la transmisión de la película “Ben-Hur”, ni una navidad sin “Mi Pobre Angelito“. Los teléfonos importantes los memoriza de los Jingles, como.. “Farmacia San Martín” en San Martin y Salta 4215555; o… 235040 y “Las Leñas en su casa estará”.
En San Juan aparecen, imágenes, manchones de humedad, vetas en la madera, lagrimas en las virgencitas y hasta focos con la letra “M”, como una suerte de mensaje divino con destino exclusivo al pueblo sanjuanino. Nos hicieron creer que la palmera de dos brazos de calle Gral. Acha es una de las únicas del mundo y hasta desviamos una calle para respetarla, pero luego “Google Imágenes” demostró que todo eso era una patraña.

Ser sanjuanino es pasar por la pizzería “La Regional” y preguntarte cómo puede ser tan rica un pizza en un lugar tan feo; es poner lo que te compras en “Las Tres B” o “Famularo” adentro de la Bolsa de Falabella; es decirle al DIM 22 “RIM 22” y saludar al soldadito que está parado en el ingreso, de fajina y asado de calor, cuando pasas a refrescarte al dique de Ullum; es ver la “Eterna llama Votiva” de la Casa de Gobierno siempre apagada; es pedir un “Carlito” cuando querés un tostado; es ser la única persona en el mundo que sabe lo que es la semita con chicharrones; es llamarle diluvio a 10 minutos seguidos de lluvia; es festejar los triunfos de tu equipo en la plaza 25; es amar la lluvia pero no salir a ningún lado cuando llueve; es no ponerle carbón al asado y saludar con dos besos.

Si no rodaste por la lomita de la plaza de la joroba no sos de San Juan. Tampoco lo sos si no tomaste agua de los sapitos de la plaza 25; o si no dormis la siesta; o si no festejaste algún 21 de septiembre en el parque, dique o en UDAP.

El Sanjuanino culpa de todos los fenómenos climáticos a la minería y cuando hay un temblor tiene dos prioridades básicas: 1) Publicarlo en Facebook y 2) ponerse debajo del marco de una puerta. Para bien o para mal, estas pocas palabras pintan mi visión del Ser Sanjuanino. Sin embargo estas particularidades jamás podrán teñir la nobleza de su esencia, lo solidario de su espíritu y la bondad que lo caracteriza. Todavía San Juan conserva la mística de los pueblos chicos, lo que nos hace, más que ciudadanos de una comunidad, miembros de una gran familia.
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