Las importaciones frenadas por Moreno llegan a 130.000

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Las nuevas trabas a la importación anunciadas el martes por la AFIP complicarán aún más la ya difícil situación de sectores que ya no tienen casi mercadería o insumos para sus locales e industrias. La barrera principal, sin embargo, sigue estando en la Secretaría de Comercio Interior: según fuentes del Centro de Despachantes de Aduana, la cantidad de DJAI (Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación) que permanecen «observadas» por el organismo que conduce Guillermo Moreno ya superarían las 130.000, lo que implica que cerca del 65% de las presentaciones están paradas hasta nuevo aviso.

Circuló una versión inquietante: el Gobierno habría congelado todos los embarques de libros importados, pese a que la controvertida resolución «ecologista» N° 453 de Moreno (la tinta no puede tener más del 0,06% de contenido de plomo) recién entrará en vigencia en junio. La medida afectaría también a los envíos de los sitios de internet como Amazon.com, en la que clientes argentinos adquieren volúmenes en el exterior, y los reciben vía courier en sus hogares.
En el mercado de los libreros y las editoriales existe una enorme inquietud desde la sanción de la norma, que apunta a favorecer a los imprenteros argentinos. Pese a que desde ese sector se dijo que casi el 80% de los volúmenes que compran los argentinos son importados, la Cámara Argentina de Publicaciones exhibió un estudio hecho sobre la base de datos de la propia Aduana que demuestra que sólo el 33% de los libros que se consumen en el país son importados. Los sectores más afectados por las trabas impuestas al ingreso de mercadería extranjera -además del editorial, que acaba de sumarse a los damnificados por esta política- siguen siendo las autopartes, los aparatos de línea blanca (heladeras, lavarropas) y de línea marrón (cocinas), los electrónicos, la telefonía celular y la marroquinería.
Quejas
En tanto, en forma tímida, los importadores comienzan a hacer saber sus quejas y las irregularidades que detectan en el trámite de autorización (o de «no autorización», en dos terceras partes de los casos) ante Comercio Interior:
Nadie sabe aún cuáles son los parámetros por los que se guía Moreno para «pasar la Aduana»; algunas DJAI salen aprobadas, pero a otras, muy similares en el contenido del embarque y el monto en dólares a pagar, se les baja el pulgar.
Tal como se preveía desde el comienzo del régimen de DJAI, la obligación de que los pedidos de autorización indiquen exactamente las cantidades y los valores de las mercancías a importar hace casi imposible cualquier operación. No hay manera, aseguran, de que los proveedores del exterior estoqueen mercadería esperando que sus clientes argentinos les digan «me autorizaron la compra», para lo cual pueden pasar meses.
Ese hipotético stock debería ser exacto en cuanto a cantidad, peso y además tener el precio congelado durante, quizás, un semestre, algo impensable.
Los despachantes consultados confirmaron plenamente lo dicho por sus clientes a este diario. En la actualidad, esos gestores están ocupados casi exclusivamente en la confección de las DJAI y de las «Notas de Pedido», que así se denominan los formularios que se presentan a Comercio Interior en paralelo al trámite que se inicia ante la AFIP.
Fuentes del CDA confirmaron que muchos de sus afiliados están consultando a su departamento legal cómo acogerse a alguno de los procedimientos de crisis establecido en la legislación laboral para hacer menos gravosos los despidos.
El fenómeno se reproduce en cuanta firma está vinculada con la importación (transporte, agencias de carga, terminales portuarias, operadores de aeropuertos, etc.), incluyendo las terminales portuarias y aéreas.
Hoy el puerto de Buenos Aires y los depósitos fiscales presentan un paisaje casi desconocido desde hace décadas: donde antes había miles de containers con mercadería aguardando entrar al país, hoy hay espacio de sobra.
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