Científicos y filósofos investigan la supervivencia del hombre como especie

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L'évolution - 3d
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Un equipo internacional de científicos, matemáticos y filósofos que trabajan en el Instituto del Futuro de la Humanidad de la Universidad de Oxford investiga cuál es el mayor peligro para la supervivencia del hombre como especie.

¿Extinción? Científicos de Inglaterra investigan la continuidad de la especie humana.

 

En el documento "Riesgo existencial como prioridad global" argumenta que los dirigentes internacionales tienen que prestarle mucha atención a una serie de amenazas. El director del instituto, el filósofo sueco Nick Bostrom, advierte que lo que está en juego no puede ser más importante: si nos equivocamos, éste puede ser el último siglo de la humanidad.

Las pandemias y los desastres naturales pueden causar colosales y catastróficas pérdidas de vida, pero Bostrom cree que no acabarían con la humanidad. La especie humana ya sobrevivió muchos miles de años a enfermedades, hambrunas, inundaciones, depredadores, persecuciones, terremotos y cambios climáticos.

Por otro lado, en el marco temporal de un siglo, califica el riesgo de extinción por el impacto de un asteroide o una súper explosión volcánica como "extremadamente bajo".

Respecto a conflictos bélicos, incluso las pérdidas de vida sin precedentes auto inflingidas del siglo XX, con dos guerras mundiales, no lograron frenar el aumento de la población global. Una guerra nuclear podría ocasionar una horrible destrucción, pero el equipo de expertos calcula que suficientes individuos podrían sobrevivir como para permitir que la especie subsista.

"Estamos al nivel de los niños en términos de responsabilidad moral, pero con la capacidad tecnológica de adultos". No obstante, la trascendencia del riesgo existencial "no ha entrado en el radar de la gente". Listos o no, advierte, el cambio está próximo.

"Hay un cuello de botella en la historia de la humanidad. La condición humana va a cambiar. Puede ser que termine en una catástrofe o que nos transformemos tomando más control de nuestra biología", sostiene el filósofo, quien agregó: "No se trata de ciencia ficción, ni de una doctrina religiosa o una conversación en un bar: no hay ninguna razón moral admisible para no tomarlo en serio".
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