El tango vuelve al barrio con Cucuza y Moscato

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Hacía tiempo que no se daba en el tango un fenómeno como el del cantor Cucuza Castiello y su ladero, el guitarrista Moscato Luna. Desde el Bar El Faro, la sede de sus noches de bohemia en el barrio de Villa Urquiza, la dupla creó una mística sin par con un tango genuino y sin impostación.

Dupla. Con guitarra y voz, Cucuza y Moscato regresan el tango a los barrios porteños.

 

Con el ciclo El tango vuelve al barrio, su fama de cantor barrial se extendió fuera de las fronteras del boliche y el ciclo se volvió itinerante, para impregnar con sus recaladas tangueras a todo el circuito off del tango.

Esta semana, la dupla llegó al Torquato Tasso, para recrear sus misas tangueras los jueves del mes, siempre con amigos invitados, y celebrar la reedición por Acua Records del disco grabado en directo en el Bar El Faro, cuya tirada inicial se agotó rápidamente y que documenta las míticas noches del ciclo en 2010.

Algo parecido a lo que Cucuza y Moscato harán en San Telmo, donde juegan de locales. Es que, como sucedía en los años cuarenta, cuando las orquestas tenían su propia hinchada, Cucuza y Moscato tienen a los "Faroleros", su propia legión de seguidores que impregnan del mismo espíritu ceremonial cada show fuera de Villa Urquiza.

No es difícil entender la empatía que despierta esta dupla. Su principal atractivo es un repertorio inequívoco del tango -cruzan distintos períodos autorales- con el sello de la emoción en primera persona. La complicidad de Cucuza con el público, en un ida y vuelta permanente, y la atmósfera intimista de las versiones con la guitarra de Moscato recuerdan las noches inolvidables de Luisito Cardei y Pisano en la cantina Arturito, en los noventa.
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