Conciencia después de la muerte: ¿Duele la muerte propia?

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Vida y muerte
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¿Sabías que desde el punto de vista clínico la muerte no es un instante irreversible y la conciencia sigue siendo un enorme hoyo negro? Cada vez en mayor medida, alrededor del mundo se investiga sobre las fronteras entre la vida y la  muerte, pero son infinitas las hipótesis que existen al respecto, desde las más esotéricas hasta las más “fácticas”. 

El túnel. ¿Qué pasa con la conciencia después de morir?

 

La muerte, no sería un estado, sino más bien un proceso. Es decir, clínicamente la muerte no ocurre en un instante preciso sino que se da a través de una serie de condiciones paulatinas, encadenadas y no yuxtapuestas. En este sentido entonces cabe derribar un gran mito. A lo largo de 50 años se creyó que la resucitación cardiopulmonar solo podía hacerse durante los primeros 10 minutos posteriores a un paro cardíaco, sin embargo, hoy se extendió a 40 minutos o más sin daños al cerebro.

Sam Parnia, un médico y asistente de medicina de la Universidad de Nueva York, justamente intenta explicar en su libro Erasing Death: The Science That Is Rewriting the Boundaries Between Life and Death (“Borrando la muerte: la ciencia que está reescribiendo las fronteras entre la vida y la muerte) qué sucede en ese lapsus entre la inconsciencia de la muerte y la conciencia de la resuerrección.

“La evidencia que tenemos hasta ahora es que la conciencia no se aniquila. Continúa por unas horas, aunque en un estado de hibernación que no podemos ver desde fuera”, dice Parnia, que trabajó por años en salas de emergencia y es investigador de la conciencia en el periodo después-de-la-muerte, como él la llama, que hasta ahora ha documentado eventos así en más de 25 hospitales de EE.UU. y Europa.

Uno de los ejemplos de Parnia fue que hoy en día, para proteger al cerebro de daño cerebral debido a la falta de flujo sanguíneo durante la resucitación, se debe “bajar la temperatura del cuerpo”. Mientras estos procedimientos mejoran, mucha gente alrededor del mundo ha relatado experiencias sensoriales y de gran paz. Un rasgo muy importante son las abstracciones y conceptos que poseemos en el inconsciente colectivo sobre nuestra cultura y creencias. “La gente tiende a interpretar lo que ven según su procedencia: un hindú describirá un dios hindú, un ateo no ve un dios hindú o al dios cristiano, sino algún ser”.

Parnia cree que el hecho de saber que estas experiencias existen en todos los casos “deberían ayudarnos a aceptar la muerte como algo mucho más amable y tranquilizante de lo que usualmente se la piensa”. Como si fuera fácil y con un tono que podría parecer macabro, Parnia piensa que “tal vez es el miedo al dolor y a la incertidumbre sobre las circunstancias lo que nos vuelve aprehensivos frente a la idea de morir; pero la ciencia está demostrando que al menos los primeros instantes después de que desaparecen las funciones cardiacas no es todo tan aterrador después de todo”.
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