Los 10 comportamientos más odiados de un rockstar

Cultura
Rockstar
Rockstar
Ya hablamos de los diversos comportamientos que convierten a cierto sector del público rockero en una fauna difícil de tolerar. Nos detuvimos en los que filman todo el show, los que hablan, los que sólo piden el hit a gritos y más, pero no reparamos en que, por momentos, son los propios músicos los que hacen que la experiencia se torne insoportable. Por eso, esta vez, enumeramos diez de las actitudes más odiadas por parte de quienes se ubican sobre el escenario.

Creídos. Cuando los ídolos hacen enojar a sus seguidores.

 

Fuente: Revista Rolling Stones

1. Llegar MUY tarde. ¿Hace falta dar ejemplos? Tenemos locales y tenemos internacionales también. Comprendemos que generalmente la hora anunciada en los tickets no determina el comienzo real del show; incluso, mejor: nos da aire para llegar tranquilos, comprarnos una birra y encontrarnos con amigos. Pero cuando salir al escenario dos, tres o cuatro horas tarde se hace rutina... La paciencia de los fans no es infinita, Axl.

2. No variar el setlist. Esto no es una obra de teatro: se supone que un show debe sentirse como una experiencia única. Pero algunos directamente ni se gastan en alterar ni una nota de su completa presentación. No existe el setlist perfecto y, la verdad, es una injusticia para aquél que invirtió en varios shows de un mismo tour. Por eso amamos tanto a Pearl Jam.

3. Tocar todo el disco nuevo. Todo bien con presentar el material reciente pero cada vez que compramos una entrada, la expectativa de escuchar los hits de toda la carrera del artista al que vamos a ver se hace inevitable. Especialmente porque es difícil apreciar en vivo ciento por ciento la música que no se conoce de manera profunda. Y, qué va, somos tribuneros: quedarse con las ganas del clásico no hace bien.

4. Sólo tocar los hits. Bueno, esta es la contraparte gataflorista del punto anterior. Algunas bandas, generalmente las de carreras más largas, a veces caen en el repaso exclusivo de éxitos, dejando de lado el material más reciente. Pero es como cenar siete alfajores Suchard: está buenísimo pero no termina de satisfacer. Somos exigentes: necesitamos balance. Con un 70/30 nos contentamos.

5. Tocar un medley de éxitos. Peor que no escuchar un tema que amás es escucharlo SÓLO por 30 segundos. Te ceba y desaparece: eso no se hace.

6. Ignorar el pasado. John Fogerty salió de gira en los 80 y no tocó un mísero single de Creedence. Tenía razones comerciales pero el público sufrió las consecuencias hasta mitad de los 90. Cuando toca alguien como Pete Townshend, Paul Weller, Noel Gallagher, Morrissey o Ray Davies todos esperamos que dediquen parte del show a interpretar material de sus bandas anteriores.

7. Deformar sus propios temas. No tenemos drama con que los artistas versionen el material de su autoría pero hay veces que la cuestión es mucho más dolorosa para la audiencia que divertida para el músico en cuestión. Los fanáticos de la primera hora siempre lo considerarán un sacrilegio.

8. Destruir la economía de sus seguidores. OK, sabemos que no hay intención conciente (o queremos creer que no es así) y que los shows representan una parte importante del negocio sobre todo a partir del descenso de las ventas de los discos, pero muchas hipotecar la casa por una noche de placer es una falta de respeto. Claro que la discusión es larga y profunda, especialmente teniendo en cuenta nuestras propias condiciones financieras, y el rol de las discográficas y las productoras también entra en juego. Leer a Jagger justificando el precio astronómico de los tickets del 50 and Counting Tour es triste. "Me gustaría que la gente tuviera la plata para pagarlo sin tener que matar de hambre a sus hijos. Eso es todo lo que tengo para decir".

9. Los solos. Acá se arma pero si no sos Eric Clapton, es muy difícil que los solos de cualquier instrumento resulten entretenidos después de 20 segundos.

10. Obviar los bises. Aunque una interesante parte de la audiencia preferiría que nunca se hubiera inventado cosa semejante como esta, la farsa de irse para luego volver, hay muchos a los que la carencia de bises les resulta ofensiva. Hábito o necesidad real de seguir, como sea, ya forman parte de una tradición y, después del supuesto fin, el cuerpo tiende a pedir más. Nos malacostumbraron.
Te puede interesar
Lo más visto
Dengue

Murió un niño de tres años por dengue

Diario Móvil
Nacionales

Según informaron, el nene tenía una cardiopatía congénita desde su nacimiento. Ingresó al hospital positivo de la enfermedad y su condición empeoró rápidamente. Se registran más de 269 mil contagios y 197 muertes en el país.