Democracia: Que 30 años no es nada…

Política
Raúl Alfonsín
Raúl Alfonsín
Un día como hoy, pero de 1983, se realizaban elecciones presidenciales después de 7 años y medio de conducción militar y tras 10 años de impedimentos a las urnas. Ganaba Alfonsín y el sueño de la elección popular de nuestros gobernantes volvía a ser realidad.

Regreso triunfal. En el palco frente a Plaza de Mayo, el electo Presidente de los argentinos celebraba el retorno de la democracia a nuestro suelo.

 

“Hoy es un día en el que recuperamos nuestros derechos”, decía Raúl Alfonsín mientras era perseguido por decenas de periodistas cuando ingresaba a una escuela ilusionado con emitir su voto. Y el cuadro podría repetirse casi hasta el cansancio a lo largo y ancho del país, pero sin periodistas, sin nombres, sin candidatos, pero con la ilusión intacta de millones de ciudadanos anónimos que querían ejercer uno de los más básicos de sus derechos: la elección de sus gobernantes.

No puedo hablar de recuerdos, porque no es la época que me tocó. Nací y crecí con la democracia,  que es lo más natural para mí como sistema de Gobierno. Sin embargo, escuché y leí cientos de relatos de aquellos protagonistas de esa parte de la historia nefasta de nuestro país y así pude entender el enorme significado que encierra algo que parece tan simple, votar.

Winston Churchill solía decir que la democracia no un sistema perfecto, tiene sus limitaciones, pero no hay otro mejor. Y el mantenimiento de ese sistema dependerá en parte del compromiso y responsabilidad de todos para ejercer el derecho cívico. “Lo sociedad tiene el compromiso para elegir su propio futuro y definir qué personas son las que quiere para que gobiernen. Creo que hay una toma de conciencia de toda la sociedad acerca de la conveniencia del sistema y de la necesidad de participar y elegir”, afirmó el licenciado Eduardo Carelli respecto de este tema.

En el medio de estos 30 años pasaron muchas cosas. Diferentes Gobiernos y gobernantes, colores políticos, crisis, aciertos y desaciertos, crisis más profundas, épocas de bonanzas, peleas… Pero siempre los ciudadanos mantuvimos el poder de elegir mediante el voto si queríamos un cambio, o si preferíamos seguir con la misma línea. Eso es a lo que nunca debemos renunciar.

“Desde luego que con la democracia se vota. Pero también con la democracia se come, se educa y se cura”, decía en un recordado discurso el líder radical electo en el día que marca el comienzo de estas tres décadas ininterrumpidas de democracia. Que así sea, por muchos años más.
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