Apagón de consumo: Más que una batalla económica, una causa común

Le llamaron apagón de consumo, sobre todo desde las arcas gubernamentales que promovieron la movida. ¿De qué se trata?

Hoy apagamos el bolsillo, más que por la especulación, por tener una causa común.

 

Las redes sociales son las protagonistas, encargadas de ser el medio donde se viralizó en mayor término esta nueva medida. La idea tiene un eje muy interesante: durante todo el día viernes debemos evitar compras en supermercados y cargas de combustible, para combatir “la especulación”.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de especulación? Ayer en una recorrida por almacenes de barrio y supermercados fue notoria la faltante de algunos productos, como el aceite. Lo cierto es que muchos empresarios generan un doble juego: no se quieren quedar sin stock, pero tampoco quieren venderlo porque saben que un minuto después de la venta puede subir. ¿Qué hacen? Guardan su stock hasta que el precio suba maravillas, o lo venden en el mercado negro (en ambos casos, a precios superiores)

Esta situación no es nueva, se repite en cada crisis inflacionaria y de desestabilidad económica, y además, se define con la palabra clave contra la que se quiere combatir hoy: especulación.

Pero no se puede olvidar el ciudadano que las reglas del mercado son así, y caen por su propio peso. El empresario que no puede generar ganancia, automáticamente pensará en su bolsillo y no en el pueblo, argumento que se intenta resaltar esta mañana en Twitter, por ejemplo.

"#7FYoNoCompro #7FApagónDeConsumo #ApagonDeconsumo #7F Dale RT y mostremos que no somos esclavos del mercado".

"#7FApagonDeConsumo Hoy no compro nada por chorros"

 

Como se observa, los Has Tag del día son #7FYoNoCompro, #7FApagónDeConsumo y #ApagonDeConsumo, con palabras claves como “mercado”, “consumo”, “bolsillo”, “especulación” e “inflación”, entre muchas otras. Además, muchos aprovechan para tomarlo con humor.

La idea es, básicamente, algo muy complicado de lograr, aunque no imposible: Si no compramos haremos perder dinero a los empresarios, por lo que reaccionarán y dejarán de especular con la inflación. Otros piensan lo contrario y no creen en esta “utopía”:

"#7FApagonDeConsumo Estoy de acuerdo xo no es la solucion xa la inflacion!"

Como este, algunos comentarios llegan a la burla, dado que nadie cree que un día sin ventas afecte a los grandes empresarios, y mucho menos que haya gran convocatoria para la medida.

Quizás no sea la solución para la inflación, el poder económico suele llegar mucho más lejos de lo que pensamos y lo peor, es que no tiene como condicionante el “bien común”, como debería tenerlo la política, el Gobierno. Cuestión aparte.

Además, cabe tener en cuenta que el que menos sufre el empresario, sino que es el empleado quien termina pagando los platos rotos, además de cualquier ciudadano con sus ingresos agotables.

Es difícil, sí, dado que una empresa solo se sostiene si funciona, y más difícil aún cuando el Gobierno se empeña hace varios años en poner trabas. De todos modos, acá no interesa más lo que hace el Gobierno que lo que hace el pueblo.

Esta vez, como raras veces, tanto quienes están a favor como quienes están en contra del Gobierno se sumaron a la medida. Cuando los cambios nacen del pueblo son más legítimos que la mera imposición de las jerarquías políticas y económicas.

Estas movilizaciones virtuales son un reflejo de la dinámica social de un país. Aunque hoy no se logren los objetivos buscados, a la larga las respuestas de la sociedad tendrán peso.