¿Cuál es el negocio de las bitcoin?

Economía
Bitcoin, la moneda digital que tiene a los argentinos entre sus mayores atesoradores, dio lugar a un nuevo oficio: el de los guardianes de las máquinas mineras, encargadas de sostener la red las 24 horas.

Como oro. Empiezan a aparecer atesoradores de la moneda virtual.

Fuente: La Nación

Ahí está, una B que atraviesa un círculo dorado y fonéticamente nos remite a los fichines: bitcoin, la nueva criptomoneda que en el último año ha comenzado a expandirse por todo el mundo. Así, en un país adicto a las nuevas tecnologías y con un temor carnal a las operaciones bancarias, no parece nada raro que el bitcoin haya dejado de ser un término afín de los nerds y los fanáticos de la criptografía para expandir su ecosistema a ahorristas, casas de cambio y negocios varios. Es más, según calcularon en la última Conferencia Latinoamericana de Bitcoin que se llevó adelante en Buenos Aires en diciembre pasado, la Argentina es uno de los tres países del mundo, junto con los Estados Unidos e Israel, que más atesora esta ciberdivisa. Repiquetea la gran pregunta: ¿Qué se trae entre manos la nueva vanguardia económica?

"Bitcoin es una moneda digital descentralizada, creada por una persona que se hacía llamar Satoshi Nakamoto; en realidad no se sabe si es una única persona o un grupo. Lo que sí se sabe es que un día desapareció. A medida que iban pasando los años, más gente la fue conociendo y comenzó a ser aceptada comercialmente, con lo cual cobró un valor de mercado", explica Franco Amati, consultor IT en empresas de gestión de aduanas, logística y transporte, que ahora promueve el uso de monedas digitales y confía en la redistribución de poder de los establishment corporativos a cada individuo. Es, además, uno de los cofundadores, junto con Diego Zaldívar y Rodolfo Andragnes, de Fundación Bitcoin Argentina. Hoy, post devaluación, la moneda llegó a cotizar a 842 dólares y 8547 pesos para la compra y 10.232 para la venta, aunque una de sus características principales es la volatilidad: Bitcoin no depende de país ni institución financiera alguno, aunque sí es sensible, por ahora, a fluctuaciones y grandes compras o ventas que permiten que su valor aumente o disminuya.

Una de las grandes ventajas del bitcoin -el cual se acumula en programas llamados monederos, que permiten enviar y recibir moneda desde PC, tablets, smarthphones o cualquier otro dispositivo- es que permite realizar transferencias casi sin costos y en la inmediatez que posibilita la web, a cualquier parte del mundo, esquivando así las tasas bancarias y los altos porcentajes de empresas como Western Union. Es decir: sin intermediarios y operando desde una identidad digital. Los bitcoins, una vez recibidos, pueden conservarse por un tiempo, utilizarse como valor de cambio en distintos comercios o ser canjeados por pesos o dólares en sitios webs como ConectaBitcoin.com o Latinbcoin.com.

Los encargados de sostener la red para que el bitcoin funcione son los mineros: unas pequeñas máquinas que se encargan de procesar transacciones en cualquier parte del mundo. "Se trata de una gran base de datos que contiene las cuentas de todos los usuarios en la web, con lo cual siempre existen copias, aunque el bitcoin esté prohibido en algún país", explica Franco. Él, por ejemplo, tiene uno: es poco más grande que una consola y parpadea como un módem. La analogía con un centro de cómputos bancario es válida, pero en el caso de Bitcoin la red es mundial y no depende de ningún Estado ni organismo financiero. Es más: cualquier persona puede tener un minero, los cuales se venden en Mercadolibre por valores que van de $600 a $2000, dependiendo de su velocidad y su modelo. Ahora bien: ¿dónde está el truco? La red Bitcoin genera continuamente nuevas monedas. Hoy lo hace a un ritmo de 25 bitcoins cada 10 minutos. Los mineros, por su trabajo incansable de mantener esta red, reciben un porcentaje de las nuevas monedas que se generan. Y será así hasta que la red alcance los 21 millones de bitcoins: la cifra final, es decir, no existirán más de 21 millones de bitcoins. "No habrá jamás una emisión desmesurada de moneda. Vos sabés que si esperás, siempre y cuando se siga usando, el precio medianamente estará estable o va a subir", explica Franco, defendiendo la inversión y el equilibrio monetario.

Mientras tanto, la red se expande: desde noviembre pasado ya existe en Canadá el primer cajero automático de bitcoins del mundo. Fabricado por la empresa estadounidense Robocoin, el cajero intercambia dólares canadienses por bitcoins, que son transferidos a través de VirtEx, un sistema que permite transacciones de monedas digitales por medio de internet. El cajero, que representa una suerte de oasis de materialidad dentro del universo abstracto de las cotizaciones y la criptografía financiera, se encuentra dentro del café Waves, en Vancouver. No es extraño que uno de sus dueños, un tal Mitchel Demeter, también tenga a su cargo Bitcoiniacs, una casa de cambio de bitcoins.

Según Coinmap.org -una especie de mapamundi mundial que rastrea los comercios que aceptan dinero digital-, en la Argentina todavía predominan los hostings, programadores y estudios de diseño gráfico, pero también es aceptada por bares, restaurantes, productoras de música, hostels, centros de comida orgánica y locales de indumentaria, sin olvidar que plataformas como Wordpress ya aceptan pagos mediante bitcoin. Al mismo tiempo, se sabe que el dinero digital era utilizado en portales como Silk Road, una suerte de eBay para comercializar drogas, o en campañas de hackeo masivo, donde prima el gran plus de Bitcoin: su carácter descentralizado, la ausencia de registros y el anonimato de sus usuarios.

"No sabemos cuál será el futuro de Bitcoin. ¿Va a reemplazar a PayPal? ¿Va a reemplazar a Western Union? ¿Será moneda?", se pregunta Franco, mientras recorre las cotizaciones de los últimos días. A esperar y ver.
Te puede interesar
Lo más visto