Milagros tenía 13 años y su luz se apagó el pasado viernes. En julio del año pasado había recibido un trasplante de médula, donada por su padre y si bien fue exitoso, la enfermedad regresó con más agresividad.
Selfies: la necesidad de trascender el anonimato y provocar envidia
Interés General
Selfie
Las autofotos en las redes sociales se multiplican. Ahora hay belfies, braggies y underboobs. Las celebrities ya se sumaron al fenómeno.
Las selfies cada vez más hot
Selfie –la moda de las autofotos compartidas en las redes sociales– se convirtió en una palabra tan popular que en 2013 fue elegida como el vocablo del año por el Diccionario Oxford. Tal fue su explosión que llegaron hasta el mismo Vaticano, donde se impusieron las instantáneas que los jóvenes captan con sus celulares cuando se cruzan por unos segundos con el papa Francisco. Pero la moda, siguiendo la lógica efímera de mundo virtual, ya parece haber saturado a los usuarios. Tan rápido como se apoderaron de las redes sociales, los retratos digitales ¿aburrieron? ¿serán cosa del pasado? Lo cierto es que están apareciendo variantes que apuntan a aggionar el fenómeno y que reafirman –una vez más– el exhibicionismo de nuestra época.
Una de las ellas son las “braggies”, versión más turística que llega para mostrar cuerpos espléndidos y lugares o situaciones increíbles, siempre con la intención de causar envidia a todos los contactos de las redes. Y hay más hermanas menores de las selfies, pero con toques hot que destacan otras partes del cuerpo: belfies (autofoto de la cola), underboobs (de la parte baja de las lolas) y sideboobs, (del costado de los pechos o escote lateral).
El neologismo braggie –del inglés brag, presumir– está recién salido de las conexiones virtuales. En criollo sería algo así como “una selfie para dar envidia”. Claro que para cumplir ese objetivo, la foto se debe tomar en un sitio que no tenga menos de cinco estrellas, como una paradisíaca playa, un crucero de lujo o exquisitas calles europeas.
“Se muestran las imágenes que se quieren dar a conocer al otro, con un aspecto lúdico, juguetón, en el que el público está muy advertido de lo que se quiere transmitir”, analiza Diana de Litvinoff, de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
Juan Tesone, psicoanalista de APA y de la Sociedad Psicoanalítica de París, explica que “las imágenes y el mundo virtual están adquiriendo un éxtasis que re-presenta la realidad, brindando la ilusión de controlarla.
Se pide la mirada del otro en búsqueda de reconocimiento, la firma es reemplazada por la foto, el diario íntimo se narra en imágenes”.
Tal como pasó con la fiebre de las selfies, las celebrities son las primeras en subir estas fotos a sus cuentas virtuales, sobre todo en la red Instagram. Rihanna, Beyoncé, Miley Cyrus y Kim Kardashian son algunas de las ellas. Entre las locales aparecen la bailarina Magui Bravi, ex participante del Bailando por un Sueño, y la modelo Lola Bezerra, entre otras.
Sin dudas, los mejores momentos para tomar braggies –y las otras selfies hot– son las vacaciones. Un estudio de Hoteles.com realizado en Gran Bretaña revela que 5,4 millones de personas suben fotos de sus vacaciones a los 10 minutos de haber llegado al lugar, casi con la valija en la mano y sin siquiera haber visto mucho. La meta es compartirlas en las redes sociales y conseguir muchos “Me gusta” en Facebook. El 39% de los encuestados confesó que postea fotos para darse importancia y llamar la atención. Las más frecuentes (el 43%) en playas y piscinas.
Las selfies cada vez más hot
Selfie –la moda de las autofotos compartidas en las redes sociales– se convirtió en una palabra tan popular que en 2013 fue elegida como el vocablo del año por el Diccionario Oxford. Tal fue su explosión que llegaron hasta el mismo Vaticano, donde se impusieron las instantáneas que los jóvenes captan con sus celulares cuando se cruzan por unos segundos con el papa Francisco. Pero la moda, siguiendo la lógica efímera de mundo virtual, ya parece haber saturado a los usuarios. Tan rápido como se apoderaron de las redes sociales, los retratos digitales ¿aburrieron? ¿serán cosa del pasado? Lo cierto es que están apareciendo variantes que apuntan a aggionar el fenómeno y que reafirman –una vez más– el exhibicionismo de nuestra época.
Una de las ellas son las “braggies”, versión más turística que llega para mostrar cuerpos espléndidos y lugares o situaciones increíbles, siempre con la intención de causar envidia a todos los contactos de las redes. Y hay más hermanas menores de las selfies, pero con toques hot que destacan otras partes del cuerpo: belfies (autofoto de la cola), underboobs (de la parte baja de las lolas) y sideboobs, (del costado de los pechos o escote lateral).
El neologismo braggie –del inglés brag, presumir– está recién salido de las conexiones virtuales. En criollo sería algo así como “una selfie para dar envidia”. Claro que para cumplir ese objetivo, la foto se debe tomar en un sitio que no tenga menos de cinco estrellas, como una paradisíaca playa, un crucero de lujo o exquisitas calles europeas.
“Se muestran las imágenes que se quieren dar a conocer al otro, con un aspecto lúdico, juguetón, en el que el público está muy advertido de lo que se quiere transmitir”, analiza Diana de Litvinoff, de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
Juan Tesone, psicoanalista de APA y de la Sociedad Psicoanalítica de París, explica que “las imágenes y el mundo virtual están adquiriendo un éxtasis que re-presenta la realidad, brindando la ilusión de controlarla.
Se pide la mirada del otro en búsqueda de reconocimiento, la firma es reemplazada por la foto, el diario íntimo se narra en imágenes”.
Tal como pasó con la fiebre de las selfies, las celebrities son las primeras en subir estas fotos a sus cuentas virtuales, sobre todo en la red Instagram. Rihanna, Beyoncé, Miley Cyrus y Kim Kardashian son algunas de las ellas. Entre las locales aparecen la bailarina Magui Bravi, ex participante del Bailando por un Sueño, y la modelo Lola Bezerra, entre otras.
Sin dudas, los mejores momentos para tomar braggies –y las otras selfies hot– son las vacaciones. Un estudio de Hoteles.com realizado en Gran Bretaña revela que 5,4 millones de personas suben fotos de sus vacaciones a los 10 minutos de haber llegado al lugar, casi con la valija en la mano y sin siquiera haber visto mucho. La meta es compartirlas en las redes sociales y conseguir muchos “Me gusta” en Facebook. El 39% de los encuestados confesó que postea fotos para darse importancia y llamar la atención. Las más frecuentes (el 43%) en playas y piscinas.
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