Salud: Por qué es tan malo el sedentarismo

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Una de cada diez muertes en el mundo ocurren por llevar una vida sedentaria. La actividad física es clave para que las futuras generaciones desarrollen rutinas saludables. 

Muy malo. Uno de los peores males para la vida humana es la falta de actividad física.

 

El sedentarismo hoy es considerado una epidemia mundial y así logra emparentarse con otras como la obesidad y el cáncer que comparten el mismo triste estatus global. Suena fuerte pero oportuno para despertar conciencia sobre el impacto negativo que tiene la vida sedentaria en la salud integral de una persona y también en la conformación de futuras generaciones más activas, a partir de incorporar rutinas saludables.

Así lo definió sin eufemismos Michael Pratt, médico del Centro para el control y la prevención de enfermedades crónicas (CDC) con sede en Atlanta, Estados Unidos. Pratt visitó la Argentina en el marco del Simposio de vida activa y saludable de la Serie Científica Latinoamericana que se desarrolló en Buenos Aires y reunió alrededor de 200 especialistas de América Latina, EEUU, Canadá y Europa en calidad de vida y nutrición.

En paralelo al simposio internacional se presentó la tercera edición de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) que desde hace cuatro años desarrolla el Ministerio de Salud de la Nación y resultó el marco perfecto para conocer las últimas cifras sobre el estatus de la calidad de la salud de los argentinos. La ENFR determinó que más de la mitad de los argentinos (55,1%) reconocieron realizar poca actividad física. En cuanto a la alimentación, en promedio se consumen dos porciones de fruta o verdura por día. Y un dato positivo es que en cuatro años se redujo ocho puntos el porcentaje de la población que agrega sal a las comidas después de la cocción (de 25,3% a 17,3%).

Señala Pratt: "La constancia en la realización de la actividad física tiene múltiples beneficios preventivos en materia de enfermedades crónicas y contribuye al estado de bienestar del organismo, por ello debe ser una parte indispensable de las políticas públicas destinadas al sector salud". La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala al sedentarismo como el cuarto factor de riesgo de mortalidad mundial por enfermedades no transmisibles, después de la hipertensión, el tabaquismo y la hiperglucemia.

Patricia Sangenis, médica cardióloga argentina y especialista en medicina del deporte, explica: "La principal barrera para la actividad física es la creciente inseguridad de las ciudades de América Latina, la falta de capacitación de los médicos en cómo se debe prescribir el ejercicio. El no incorporar la dimensión lúdica en el concepto de prescripción, y no potenciar las otras formas de actividad física como los juegos en familia, el juego libre de los niños y los recreos activos del colegio, entre otros".

Sangenis, presidenta de la Comisión para la mujer y el deporte del Comité Olímpico Argentino, precisa que "una de cada diez muertes en el mundo ocurren por una vida sedentaria, representando una mortalidad anual de 5.3 millones de personas. Esto implica que la ausencia de actividad física es tan perjudicial para la salud como el fumar".

Sedentarismo teen

La OMS recomienda que los niños y adolescentes realicen al menos una hora diaria de actividad física: moderada o vigorosa. El experto Pratt recordó que "desafortunadamente, alrededor de la tercera parte de los adultos y el 80% de los adolescentes de todo el mundo no desarrollan actividad física habitualmente; lo que deriva en una población de jóvenes con algún grado de sobrepeso y obesidad".

La especialista canadiense Margo Mountjoy de la Universidad de Guelph detalló en el Simposio de vida activa y saludable: "Andar en auto, la exposición excesiva a la televisión y a los videojuegos hay que considerarlos como factores de riesgo que hay que erradicar para mejorar la salud y el rendimiento físico e intelectual de los niños". Pratt puntualizó que la inactividad física no sólo afecta la calidad de vida, también genera altos costos para los sistemas de salud pública. Por ejemplo: en Brasil entre el 2 y el 12% del total del gasto público en salud está destinado a la atención de pacientes cuyas complicaciones surgieron a partir de la inactividad física.

A partir de los 40: ¡fuerza muscular!

Jorge Cancino López, especialista chileno en ciencias de la actividad física, presentó en el Simposio la idea de "entrenamiento de la fuerza muscular" como modo de prevenir el "deterioro" corporal y conseguir una "mayor calidad de vida" para los adultos mayores. Según este experto, a partir de los 40 años se experimenta "pérdida de masa muscular", lo que provoca "fragilidad" por la "disminución en la velocidad de marcha y en la fuerza" que ocasionan "torpeza en las actividades de la vida diaria" y riesgos de caídas con consecuencias para la salud.

Las dos conclusiones más importantes para los argentinos que arroja la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo son acerca de que la obesidad sigue en aumento y la exposición al humo del tabaco, por el contrario, se redujo. Los números revelan un fuerte ascenso en tan solo ocho años, ya que la prevalencia de la obesidad subió un 42,5% respecto de la primera edición de la encuesta, en 2005: pasó de 14,6% a 20,8% (en 2009 había sido de 18%).

Menos humo y fumadores

Los resultados de esta encuesta nacional (ENFR) proporciona a las autoridades sanitarias información sobre los factores que inciden en las principales enfermedades no transmisibles de la población. El control del tabaquismo impulsado por la Ley 26.687, sancionada en junio de 2011 y reglamentada el año pasado viene dando buenos resultados.

En la actualidad, una de cada cuatro personas fuman, lo que implica un descenso paulatino y sostenido respecto de los relevamientos anteriores (29,7% en 2005, 27,1% en 2009, 25,1% en 2013). Y se registró una leve caída en la exposición al humo del tabaco, que se redujo 16 puntos desde la primera medición (52%-40,4%-36,3%). Mientras que el consumo de cigarrillos en lugares de trabajo bajó del 34% al 25% y en locales de comida del 47,2% al 23,5% entre 2009 y 2013.

Desde 2009 no hubo cambios significativos en relación al chequeo de dos factores de riesgo clásicos como el colesterol y la diabetes. Ocho de cada diez adultos se hicieron controles alguna vez: un tercio manifestó tener el colesterol elevado, mientras que uno de cada 10 presentan diabetes o glucemia elevada.

Las mujeres se examinan más. La realización de mamografías subió del 59% al 65% en la población de 50 a 70 años. También aumentó la cantidad de mujeres de entre 25 y 65 años que se hacen el PAP (Test panicolaou). Los datos del sondeo surgen a partir de haber entrevistado a 32.365 personas mayores de 18 años en localidades de todo el país de más de 5000 habitantes.

 

Fuente: Infobae
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