El Camp Nou ovacionó a Lionel Messi después de la pelea con Luis Enrique

Deportes
barcelona
barcelona
Tras la ausencia del argentino a un entrenamiento, los rumores de la mala relación con el técnico del Barcelona y un posible alejamiento para jugar en el Chelsea de Inglaterra, Messi fue ovacionado por el público catalán.



Cualquier comentario o especulación previos quedan desautorizados frente a semejante manifestación de respaldo. Aunque no lo sorprendió, Lionel Messi no pudo ocultar su satisfacción después de haber marcado en la goleada ante Elche (5-0 por el partido de ida de la Copa del Rey) y después de una semana de las más complicadas que le ha tocado vivir en su querido Barcelona. No pudo evitar tener un gesto de agradecimiento al conocer el veredicto de los hinchas azulgranas presentes. Para la posteridad quedará el gesto con los brazos abiertos, la mirada fija y sensible a la vez, dirigida al pueblo culé rendido a sus pies.

En el calendario estaba previsto como un partido más ante un rival sin el menor sentido de las equivalencias, pero se transformó en un cotejo de esos que dejan huellas. Hacía falta ganar y se ganó. La historia de conflicto reciente entre el rosarino y el técnico Luis Enrique y el presente lo exigían. Y el futuro, ese que tantos interrogantes impone de cara a la continuidad de Messi en Barça, obligaba a sumar mucho más que los puntos en juego. A sumar respaldo y ganar consenso en un momento por demás complicado en la vida política del club.

Durante los primeros minutos del partido, antes de que comenzara el vendaval de goles, un sector del Camp Nou ocupado por unas veinte personas se animó a gritar "¡Luis Enrique, Luis Enrique!", pero enseguida el resto respondió con algunos silbidos, que luego continuaron mayoritariamente con aplausos. La escena concluyó con otro detalle no menor... Los gritos de "¡Messi, Messi!" fueron coreados por los 27.099 espectadores que acudieron al estadio, sin divisiones. El pueblo culé no lo dudó y entonó el nombre del ídolo con fuerza y vehemencia, casi tan fuerte como si hubiera anotado un gol.

Como se dijo, a un encuentro que estaba llamado a ser considerado uno más Messi se encargó de ponerle un marco estelar, con la dimensión de lo emocional para él y para la gente, que no quiere ni siquiera imaginar la posibilidad del alejamiento de su máxima figura al final de la temporada. La goleada sobre Elche lo tuvo como anotador de un gol y de una asistencia (a Alba) en el cómodo triunfo de un Barcelona en crisis. El tiempo dirá si se curan las heridas que dejó el choque que tuvo con su entrenador y la falta de comunicación con la dirigencia.

Quizá por eso festejó su tanto de manera mesurada y sin estridencias, pero con un gesto que significó más de mil palabras. Apenas ingresó la pelota después del penal, Messi se besó las manos y saludó a la hinchada, algo no siempre visto y que se interpretará por días. Luego sí festejó con sus compañeros y señaló hacia el cielo, como hace en todos sus tantos. Y el técnico Luis Enrique ingresó rápido en el túnel, ya que el árbitro marcó el final del primer tiempo.

Después del partido, hasta tres veces se le preguntó a Luis Enrique por el conflicto con Messi y en las tres dio la misma respuesta. Prefirió alejarse de la controversia que golpea la vida interna del plantel y que traspasó las puertas de la intimidad. Apuntó a cuestiones generales y dirigió la mirada al choque del domingo ante Atlético de Madrid, que antes de la goleada estaba señalado como un punto de inflexión en la continuidad del DT. "Siento que el partido del domingo es importante para el equipo porque nos vamos a enfrentar al campeón de Liga, pero siento que es un partido más. Nos jugamos tres puntos, nada más."

Algo es evidente, como consecuencia de los últimos días tan turbulentos, ningún partido es uno más en la vida del Barça.

Fuente: La Nación.
Te puede interesar
Lo más visto