Escalar con un brazo ortopédico es posible gracias a la tecnología

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brazo ortopédico
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Un soldado puso a prueba un brazo artificial que le permite volver a escalar, mientras que un joven lituano recuperó la movilidad de una extremidad afectada por una enfermedad de nacimiento

La compañía estadounidense DEKA, con apoyo de la Agencia de Desarrollos Avanzados del Departamento de Defensa (DARPA), ya tiene listo un brazo robótico que puede ser utilizado como implante ortopédico aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).

El control del brazo robótico de DEKA funciona en base a los impulsos eléctricos generados por los músculos del paciente, y es la primera en su tipo en ser aprobada para el uso médico particular.

Tras diversas pruebas en los últimos años, DARPA publicó en un video las capacidades que tiene el brazo robótico durante una sesión de escalada llevada a cabo por un voluntario, un paciente del ejército estadounidense con un brazo amputado.

En Europa se están llevando a cabo las primeras pruebas con brazos biónicos que proporcionan el sentido del tacto, mientras que en la Argentina también se diseñó un brazo ortopédico bioeléctrico.

Una serie de tareas como utilizar cubiertos, usar una computadora o beber un vaso con agua pueden ser acciones cotidianas para algunos, pero no para Martynas Girulis, afectado por un problema neuromuscular de nacimiento. Sin embargo, gracias a una cirugía especial y un implante robótico, el joven lituano de 21 años ahora puede realizar todas estas actividades con la ayuda de un brazo biónico.

"Es el primer paciente con un problema de nacimiento que recibe una cirugía reconstructiva con un brazo biónico", dijo Oskar Aszmann, responsable de la operación realizada en la Universidad de Medicina de Viena, Austria.

El caso de Girulis, afectado por artrogriposis, una enfermedad neuromuscular que afecta la movilidad de uno de sus brazos, que debió ser amputado para acceder al implante robótico. No obstante, el equipo médico debió transplantar los nervios del hombro del joven lituano para que pudiera controlar la nueva extremidad.

A su vez, el paciente debió practicar los movimientos de su futura prótesis con una recreación virtual en una computadora, con el objetivo de registrar la actividad cerebral mediante electrodos.

Según Aszmann, hasta ahora este procedimiento había sido implementado en personas que habían sufrido amputaciones, pero no en aquellos pacientes que deben sobrellevar problemas de movilidad de nacimiento.


Fuente: La Nación.
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