Oscar Martínez, duro contra el Gobierno

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Oscar Martínez
Oscar Martínez
"Seguir echándole la culpa a la Dictadura es un verso", aseguró el actor durante una entrevista, quien además se mostró muy desconfiado sobre el futuro de la Argentina luego de tres períodos de kirchnerismo y cuestionó los modos de Cristina Kirchner. 




"La Presidente por momentos me parece intolerable", aseguró Martínez.

En una entrevista realizada con Clase Ejecutiva -suplemento de El Cronista-. Oscar Martínez mostró la desconfianza que siente por la Argentina, causada principalmente por la actualidad política. Luego de una pregunta sobre su trabajo en la exitosa Relatos Salvajes y La Patota, entre otros filmes, confesó que no tendría problemas en irse del país. Ese comentario desnudó su disconformidad con el gobierno kirchnerista, su discurso y la figura de la presidente Cristina Kirchner.

"Estoy cansando del clima que respiro, no me gusta, la controversia permanente, la inseguridad, el
riesgo, el no poder proyectar", comentó Martínez y su visión para el futuro, de cara a las elecciones presidenciales de octubre, no es la mejor: "No me resulta muy alentadora ni tengo grandes expectativas de la Argentina poskirchnerista. Me parece que la democracia tiene deudas enormes; que no hemos evolucionado, al menos a como a mí me hubiera gustado; que seguimos siendo una sociedad hipócrita y responsable de muchas de las cosas de las que nos quejamos, como cuando escuchás que a Carlos Menem no lo votó nadie. Yo no lo voté ninguna de las dos veces, y tuve mucha exposición pública durante esos años donde incluso expresé mi desacuerdo con el menemismo todas las veces que pude. Ahora pareciera ser que nadie formó parte de su gobierno, incluidos muchos actuales funcionarios que sí estuvieron".

El "relato kirchnerista" es algo que también molesta al actor. "A esta altura, seguir echándola la culpa a la dictadura es un verso: después de 30 años de democracia, seguir con estas desigualdades sociales, seguir con temas que se agravan -como la distribución de la riqueza, la enseñanza y la salud pública, el narcotráfico, la inseguridad atroz, la miseria y otras facturas pendientes- ya no se le puede echar la culpa a nadie", explicó y siguió con sus críticas: "La democracia fraudulenta que vivimos por decretos de necesidad y urgencia modificó cosas sustanciales, como haber privatizado las empresas del Estado. Y éste Gobierno ha hecho el único sistema que garantiza el disenso, y lo que uno puede reclamar es el respeto por las minorías. Eso es lo más interesante que tiene la democracia: garantizar el disenso, que todos estemos representados en los poderes públicos. Tengo la esperanza de que cambie el clima político, pero creo que el gobierno que venga va a estar muy condicionado socialmente por los últimos tres períodos del kirchnerismo, desde los subsidios hasta el estado de la ANSES, el Banco Central, la deuda internacional, los bonistas, la corrupción generalizazada ¡Ufff! El que venga no la tiene nada fácil, sea del partido que fuera".

¿Qué piensa de Cristina Kirchner? "La figura de la Presidente me ha irritado mucho, ¡muchas veces! Me irrita su personalidad, el discurso permanente confrontativo, el ninguneo de la oposición, el populismo, la demagogia,. Me siento subestimado. La invocación de los años '70 sin la severa crítica yo no la suscribo, no la compro, me parece letal para la argentina. Creo que hemos retrocedido muchísimo: concebirse en la función pública como el dueño del estado, creyendo que uno es portador de la verdad absoluta, y que todos los demás son traidores a la patria, me parece lamentable, creo que no nos hace bien. Tampoco suscribo la política económica y me parece una locura que Irán y Venezuela sean nuestros aliados. En cuando a la figura de la presidente, por momentos me resulta intolerable".

Además, opinó sobre la posición que tomaron muchos colegas, apoyando la gestión del kirchnerismo en los últimos 12 años: "Creo que el Gobierno, con toda intención, cooptó a gente notoria para que sean poleas de transmisión de su doctrina. Y hay gente que se ha comprometido, se ha enfervorizado y fanatizado mucho, aunque la mayoría de los actores no suscribimos. Yo puedo discutir desde otro plano, pero me interesa que un actor actúe. No suscribo a este modelo, y estoy muy lejos de poder hacerlo por muchas razones que no vienen al caso. Considero que a un artista -sea escritor, músico, pintor, dramaturgo, actor- no le conviene embanderarse tanto. Lo más importante es conservar la independencia de pensamiento y no fanatizarse porque, con este u otro gobierno, se correr el riesgo de terminar adhiriendo a cosas que, por disciplina ideológica, uno no probaría de otro modo. El mayor compromiso de cualquiera de nosotros es con la verdad. No soy el único que piensa de esta manera. Y respecto de los compañeros que eligieron embanderarse, tendrán los beneficios y los costos que eso significa".

Fuente: Infoshow
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