El desafío de Massa: quebrar la polarización

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El Frente Renovador confía en la recuperación de su candidato en los sondeos y espera una caída de sus rivales.




 





 

En estas horas de descuento para las PASO, hablar de "curvas" es la tendencia en Tigre. Allí deposita su expectativa la tropa que comanda Sergio Massa: que la recuperación que demostró el precandidato presidencial de UNA en las últimas encuestas -las propias y algunas que no lo son- se consolide a medida que los indecisos definan su voto. Y se complemente con otra "curva", pero descendente, de sus principales adversarios.

Que "Massa vuelva a ser visto como una opción de gobierno" y "romper la polarización" entre el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, significa lo mismo para los renovadores.

Gente que arrastró caras largas durante semanas hoy no sólo reconoce que estuvieron "muertos" políticamente durante el pico de fugas que sufrió el Frente Renovador, sino que también se animan a decir que pueden ser la sorpresa del domingo. Es un reflejo natural de todo político en campaña, pero los aliados de Massa niegan que actúen por reflejo.
Dar la sorpresa implica una cosa: acercarse a Macri en el recuento individual de votos, y a Cambiemos, en la sumatoria de UNA con el gobernador cordobés, José Manuel de la Sota.

"Vamos a ser la sorpresa. El segundo lugar va a estar peleado entre Massa y Macri", se anima el diputado Adrián Pérez, candidato a intendente de Vicente López. "Cambió mucho el clima en la gente. Creo que ganamos por uno o dos puntos", va por más Sebastián Galmarini, senador provincial y cuñado del ex intendente de Tigre.

"Creo que estamos arañando a Macri y que lo podemos pasar el día de la elección, militando el voto. Que todos vayan a votar. No quedarnos sentados, como hizo Pro en Capital. De todos modos, lo importante para el país es que no vuelva a existir la brecha entre el kirchnerismo y la oposición de 2011, que desató lo peor del kirchnerismo", analizó la diputada Graciela Camaño, jefa de campaña de Massa.

La última encuesta del asesor peruano de Massa, Sergio Bendixen, lo ubica con 17% de intención de voto, a tres puntos de Macri (20%). Y al frente UNA con 22% (con 5 puntos que aportaría De la Sota), a sólo dos puntos de diferencia de Cambiemos (24%), que sumaría tres puntos de Elisa Carrió y uno de Ernesto Sanz. Los números mejoran en la provincia de Buenos y la candidatura de Felipe Solá.

Lejos -aunque menos que antes- de otros sondeos, en Tigre defienden el estudio de Bendixen, que fue preciso en 2013, porque fue realizado con entrevistas domiciliarias (2000 casos) en todo el país, y no telefónicas ni con mensajes grabados, como la mayoría de las encuestas, que vienen de errar mal en el ballottage porteño, pero que erraron peor en los comicios provinciales de Salta, Neuquén, Mendoza, Chaco, Río Negro, Santa Fe y Córdoba.

Si el ánimo de revancha contra los encuestadores es generalizado en el massismo, no faltan tampoco quienes presentan sus expectativas como un desquite contra los medios. "Sergio perdió mucho después del bullying mediático y los cobardes que se fueron. Cuando repartimos boletas nos encontramos con gente que no sabía que Massa se presenta. Con la propaganda en televisión y radio está repuntando", sostuvo el diputado platense Juan Amondarain, que imagina al ex jefe comunal del Tigre un punto por debajo de Macri.

El massismo no tiene otra alternativa. Lo que dicen pocos, pero lo saben todos, es que una diferencia abultada de Macri sobre su candidato no sólo los dejaría sin chances de ingresar a un eventual ballottage presidencial: quedar lejos del líder de Pro podría generar un derrumbe de Massa de cara a la primera vuelta.

Perdería el "voto útil" de aquellos electores cuya prioridad es terminar con la dinastía kirchnerista y que migrarían hacia el opositor mejor posicionado. Le sucedió a Francisco de Narváez en 2013: tras sacar 10,5% de los votos en las PASO, lejos de Massa, sólo pudo retener un 5,4% en los comicios generales.

 

 

Fuente: La Nación.-
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