Cómo enfrentar los cambios económicos que se vienen

Economía
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En plena transición de un modelo a otro emergen las primeras pistas de lo que se viene. ¿En qué conviene invertir para resguardarse de la devaluación?




 





 

Según datos de la encuesta "estrés en America 2007" realizada por la APA (Asociación Americana de Psicología), más del 75% de las personas cita al dinero y al trabajo como fuente principal de estrés. Este estrés suele aumentar de manera exponencial ante la incertidumbre que genera lo desconocido y las modificaciones que puedan darse en cuanto a lo económico en el corto plazo.

La mayoría de la población se pronunció en las urnas el pasado 22 de noviembre y el resultado fue un deseo de cambio en lo que respecta al gobierno y la economía.

Luego de los festejos por parte de los ganadores y en plena transición de un modelo a otro, comienzan a emerger las primeras pistas de lo que se viene: un fin de año más que movido en el que será importante estar muy atentos a las distintas medidas que se vayan anunciando y que seguramente impactarán fuertemente sobre nuestro bolsillo y economía doméstica.
¿Qué va a pasar con el dólar? ¿Cómo hará el nuevo gobierno para recomponer las reservas del Banco Central? ¿Es conveniente que aquellos que hace meses vienen postergando un consumo importante (casa, auto, etc.) lo concreten ahora?

Sobre éstos y otros temas relacionados con el impacto de los cambios económicos en nuestro bolsillo estaremos trabajando hoy.

RESERVAS, DÓLAR, DEVALUACIÓN E ¿INFLACIÓN? 

En el plano económico, uno de los primeros objetivos del nuevo gobierno es el de cumplir con su promesa electoral de levantar el cepo en los primeros días de mandato.

Más adelante analizaremos cuál podría ser el nuevo valor del tipo de cambio y el potencial impacto sobre los precios, pero para que el Banco Central pueda vender libremente dólares al público nos encontramos de movida con un primer problema:
Las reservas líquidas del Central están prácticamente en cero, con lo cual cabría preguntarse: ¿De dónde saldrán los dólares que el Banco Central venderá al público?

No por nada Mauricio Macri, presidente electo, declaró que viajará con urgencia a EE.UU. y China para reunirse con las autoridades de ese país. El objetivo sería claramente que ambas potencias le presten al país dólares y yuanes para poder nutrir las reservas del Banco Central y que este organismo pueda entonces vender divisas al público. Claro que este préstamo tendrá, además de una tasa de interés acorde con el riesgo en que incurren los prestamistas, promesas por parte de los nuevos deudores, como ser un mejor clima de negocios para las empresas de los países centrales y apertura del comercio internacional, por citar algunos ejemplos.

Suponiendo entonces que el gobierno consiga ese préstamo y libere el cepo en lo inmediato, el nuevo valor del dólar único (aunque siempre existirá un dólar blue para operaciones informales) será determinado por el libre juego de la oferta y la demanda y se estima que su valor inicial podría estar alrededor de los $14, lo cual supone un aumento de casi el 50% por sobre el nivel actual.

Según la tesis del gobierno, como los importadores terminan pagando un dólar mucho más alto que el oficial cuando se le suman los impuestos a las importaciones, gran parte del aumento quedará limitado al bajar los mismos, retrotrayendo todo un valor similar al del cepo pero sin cepo (y con menos impuestos y por ende menos recaudación para el fisco).

Pero será muy difícil que la devaluación no repercuta en el nivel de precios de la economía, sobre todo en aquellos productos que sean fabricados con insumos importados.

¿Conviene comprar dólar blue a niveles actuales para ganar dinero con la devaluación? En una primera instancia, el dólar blue no tiene porque subir y hasta podría bajar un poco (aunque esta baja estaría limitada a un 10% por encima del nuevo valor del dólar oficial). Comprar dólar a precio oficial sí puede derivar en una importante ganancia, pero sería muy parecida a la que se puede materializar hoy en día comprando dólares a precio oficial y vendiéndolos al paralelo (operación conocida en la city como "puré").

Entones: ¿Cómo puede una persona cubrirse de la devaluación inminente que se viene?

Una opción es adelantar consumo corriente (alimentos no perecederos, higiene personal y de la casa, etc.) en un mayorista, y de esa manera estar cubierto por un tiempo ante la potencial suba de precios. Otra es invertir en bonos "dólar linked", que están atados al tipo de cambio oficial y que podrían tener un fuerte incremento de valor. Posicionarse en dólares (aunque sea a tipo de cambio paralelo) puede no ser lo ideal pero al mismo tiempo hará que la persona esté tranquila de que sus ahorros se encuentran en moneda "dura".

Pero la peor opción aquí es quedarse con los pesos líquidos o invertidos a tasas inferiores al 35%, ya que la devaluación sumada al efecto psicológico que podría tener la inminente salida del billete del $500 podría hacer que el poder adquisitivo de la moneda local merme significativamente.

COMPRAS POSTERGADAS 

Aquellos que iban a realizar una compra importante a partir de septiembre de este año, es muy probable que hayan puesto en "stand by" la misma hasta que se definiese el complejo panorama electoral, cuya resolución se fue demorando producto del ballottage.

La respuesta no están fácil como parece: dependerá de si el producto es de fabricación nacional o importada, o si su precio se encuentra denominado en pesos o en dólares.

Los inmuebles y terrenos, pese a los esfuerzos fallidos de pesificación de los últimos años, siguen ofreciéndose en dólares. Por ello, si el comprador tiene los dólares en la mano, conviene esperar hasta el levantamiento del cepo, porque si la devaluación termina siendo importante el valor de los inmuebles puede caer, como pasó en 2001. El mismo razonamiento aplica a los vehículos de alta gama y, más aún, si se llegan a eliminar una parte o la totalidad de los impuestos que recaen ahora sobre los mismos.

Pero si la compra tiene que ver con, por ejemplo, electrónicos de fabricación local (plasma, celulares, etc.) o incluso vehículos "made in Argentina" (por más que las autopartes sean en su mayoría importadas) entonces
Puede ser una buena opción comprar ahora antes de la devaluación y de esa manera "pisar" el precio.

Lo mismo aplica para las vacaciones: si las mismas son al interior del país podría ser una buena idea pagarlas ahora.

CONCLUSIÓN

Se vienen momentos de cambio en lo económico, ya sea bajo el esquema de "shock" o de manera más gradual.

Se estima que el nuevo gobierno sabe que las modificaciones pueden dañar el poder adquisitivo de la mayoría de la población, por lo cual es muy probable que haya otra batería de medidas cuya intención sea la de "amortiguar" el impacto negativo que las mismas pudiesen llegar a tener, como por ejemplo una suba del piso de ganancias y de los rangos de facturación de los monotributistas, que alivien un poco la carga impositiva y aumenten al mismo tiempo el salario real (luego de impuestos).

De todas maneras, hay algo sobre lo que todos los especialistas y no especialistas coinciden: este verano no será precisamente un momento para relajarse y "desconectarse" en las vacaciones, sino que habrá que tomar todos los recaudos financieros y estar más atentos que nunca a las medidas que comenzarán a conocerse a partir del 11 de diciembre.

Tomar una pausa sin entrar en pánico, identificar los factores relacionados con las finanzas personales que más estrés le generan y cambiar la cosmovisión de crisis permanente por oportunidades de crecimiento y cambio real es lo que se recomiendan en momentos de modificaciones importantes como los que comenzarán en breve.

Mientras tanto, comenzar a investigar las opciones aquí presentadas y tomar las precauciones pertinentes aparecen como las mejores acciones a realizar para no quedar paralizado luego ante la virulencia de los acontecimientos.

 

Fuente: La Nación.-
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