Ullum: salvó a su bebé de una yarará venenosa

Diego Díaz atrapó una víbora en su casa de Ullum. De inmediato se comunicó con el Parque Faunístico para entregar el ejemplar, quienes le confirmaron la peligrosidad de la especie hallada. 


La vívora hallada en Ullum.
La serpiente hallada en Ullum.

Diego Díaz es un joven padre y sereno del diferimiento El Espejo II de Ullum. Allí vive y trabaja junto a su esposa y pequeño bebé de tan solo 5 meses de edad.

Alertado por las mascotas de la vivienda que presentaban una inusual intranquilidad, Díaz salió al patio de su hogar a checkear qué pasaba y se encontró con la sorpresa. Una amenazante víbora de más de un metro de largo, enroscada y en actitud de ataque se encontraba cercada por los perros. El hombre no dudó ni un instante en capturarla y pedir la asistencia de profesionales.

La yarará en reposo.
La yarará en reposo.

Diego estaba preocupado por la tenencia del animal en su casa debido a la posible peligrosidad del mismo, ya que él tiene un pequeño bebé de 5 meses en el hogar. Tampoco evaluaba como opción liberarlo por la habitual presencia de niños en los alrededores.

Por eso el hombre, de unos 30 años, se comunicó vía Facebook con el Parque Faunístico para buscar la asistencia profesional necesaria. Desde allí acudieron a la licenciada en Biología Silvina Adarvez, quien en colaboración desde la Universidad Nacional de San Juan, informó sobre la posible peligrodad de la especie y coordinó junto al veterinario del Parque Faunístico Ivan Simoncelli y personal de la Secretaría de Estado de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia el rescate del animal.

El equipo de profesionales completo. Licenciada Silvina Adarvez, médico veterinario Ivan Simoncelli y técnico en Biología Mauricio Pérez.
El equipo de profesionales completo. Licenciada Silvina Adarvez, médico veterinario Ivan Simoncelli y técnico en Biología Mauricio Pérez.

El equipo de rescate se completó con el técnico en Biología y personal del Faunístico Mauricio Pérez, formado junto a Simoncelli y Adarvez en el manejo de serpientes ponzoñosas.

El traslado del reptil se logró con total normalidad gracias a la movilidad de la Secretaría de Ambiente y tuvo como destino definitivo el Parque Faunístico.

Secretaría de Ambiente - Faunístico

Cabe destacar en este caso la actitud de Diego Díaz, quien ante una situación extraña para él, buscó la ayuda de profesionales en la materia. Él eligió con atino no matar el animal «por las dudas», ya que la existencia de víboras en el ecosistema colabora con el control de plagas, como los roedores. Y tampoco lo liberó irresponsablemente, lo que podría ocasionar un daño ambiental y revestir peligrosidad para los demás habitantes de la zona.

Yarará chica LA VENENOSA YARARÁ 

El veneno de estas especies (Bothrops) produce un cuadro clínico con alteraciones locales y sistémicas compatible con
un síndrome histotóxico – hemorrágico que puede conducir a la muerte o la amputación de extremidades. Si bien el veneno de las distintas especies de Bothrops no es idéntico, el envenenamiento se traduce clínicamente en un cuadro similar. Tras la picadura/mordedura se notará una inflamación inmediata, dolor muy intenso, edema que no deja signo de Godet, equimosis, ampollas de contenido
sero-hemático y se observa la impronta de los dientes inoculadores del animal. Puede progresar a la necrosis en un porcentaje pequeño de casos, produciéndose una escara que al desprenderse deja una
úlcera que evoluciona de manera tórpida. Las lesiones locales pueden ser de tal magnitud que dejen secuelas invalidantes.

Además, los signos sistémicos tienen un período de latencia de aproximadamente 30 minutos y consisten en trastornos de la coagulación sanguínea hasta incoagulabilidad, que se traducen
en alteraciones en el coagulograma con o sin hemorragia, epigastralgia, náuseas, vómitos, taquicardia, hipotensión, que en
muchas ocasiones son premonitorias de la evolución al shock. El compromiso renal puede evidenciarse hasta alteraciones hidroelectrolíticas y llevar a una insuficiencia renal aguda.

El envenenamiento por serpientes venenosas es una urgencia médica, frecuente en algunas zonas del país. Según datos del Programa Nacional de Ofidismo, se registran alrededor de 850 casos anuales, siendo en su gran mayoría producidos por víboras del género Bothrops (“yarará”), en menor número
(menos del 3%) por víboras del género Crotalus (“cascabel”), y en un porcentaje casi insignificante por serpientes del género Micrurus (“coral”).

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