Historias del Golpe: San Juan no fue ajeno al terror

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A 40 años del Golpe Cívico Militar y de esa frase que sirvió para sacarle la venda a la justicia y que la gente se empiece a preguntar ¿Dónde están los desaparecidos?
En este año tan particular, no se conmemora un aniversario más, se conmemoran 40 años del último golpe de 1976, cuando no sólo desaparecerían militantes, se crearan listas negras, hubieran muchos artistas exiliados, prohibición de canciones y nos dieron una estocada final a la economía nacional.


40 años, de la frase célebre que instauraron las Madres, una de sus primeras iniciativas para buscar a sus hijos, donde decidieron ir al mercado central y en billetes que en su total llegaban a 200 pesos se escribió la frase “El silencio no es salud” e hicieron circular esos billetes con la esperanza de datos certeros.


Así comenzó la travesía que para algunas sigue perdurando, porque ya no buscan a sus hijos, buscan a sus nietos, hoy en día son 119 nietos recuperados, en la provincia se conoce el caso de Carlos Alberto Goya Martínez, apropiado por Albeto Tejada, condenado por tortura y asesinato de los padres del joven, el ex  Sub oficial de inteligencia fue condenado a 12 años de cárcel común en 2011 y cumple condena en su domicilio junto a su esposa, pero faltan acaso 400 nietos más.


Si continuamos con los números, habían dispuestos en cada rincón del país 408 centros clandestinos de detención, en San Juan los más reconocidos son la Marquesita, La Ex Legislatura, y el Estadio Aldo Cantoni.


Además, nos sumergieron en dos conflictos bélicos, uno por el Canal de Beagle, debido a que el 22 de mayo de 1977 se da a conocer en Londres el laudo arbitral de 1977 que otorga a Chile las islas Picton, Nueva y Lennox junto a las islas adyacentes. Argentina obtiene la mitad norte del canal y las islas correspondientes. La junta militar argentina declaró la sentencia «insanablemente nula» e inició la planificación de una guerra de agresión contra Chile para revertir el laudo arbitral. Los comandantes de las fuerzas armadas pusieron en marcha la Operación Soberanía la noche del 21 al 22 de diciembre de 1978, que fue abortada horas después cuando la junta aceptó la mediación papal en el conflicto. Y la terrible y dolorosa Guerra de Malvinas, cuando asume el cargo de presidente Leopoldo Fortunato Galtieri, el 2 de abril de 1982, ocupó militarmente las Islas Malvinas, cuya soberanía estaba, (continúan) en manos de Gran Bretaña, dando así comienzo a la guerra de las mil horas, en donde no sólo se vivieron los horrores de un conflicto, sino que los soldados argentinos fueron víctimas de sus propios superiores; allí dejaron la vida 649 soldados argentinos. La guerra finalizó el 14 de junio de 1982 como sabemos con la rendición de Argentina. Luego de su retorno al país como si fueran lo más bajo de la sociedad, miles de ex combatientes no pudieron con esa memoria viva y desde 1982 hasta la fecha se han suicidado más de 500 soldados. En San Juan son 200 soldados que todavía viven en la provincia.  


Ninguno de los dictadores argentinos dio solución al conflicto desatado con el desconocimiento del laudo arbitral, recién en 1984 el Presidente Raúl Alfonsín, elegido democráticamente en 1983, reconoció lo resuelto por la mediación del Papa Juan Pablo II, poniendo fin así al conflicto con Chile.


Hablar de números puede sonar frío, pero es una forma de ver desde otro lado lo que ocurrió no hace mucho tan solo 40 años.


Luego de llegada la democracia se inició el juicio a las juntas y se declaró el NUNCA MAS, la cifra de números de militantes desaparecidos ascendió a 30.000. En San Juan el número llega a 72 desaparecidos. A la espera de la Justicia, desde 2006, fueron imputadas 2220 personas en 521 causas activas. Sólo un 22 por ciento de los 851 procesados está en juicio oral. Los juicios son más lentos y se confirma la tendencia a la baja anual en la cantidad de sentencias. Se destacan cinco nuevos fallos condenatorios por delitos sexuales.


Como estocada cabe destacar la redada económica en que las fuerzas armadas sumieron al país y hoy todavía pagamos sus consecuencias financieras y políticas. El manejo de la economía quedó en manos de Alfredo Martínez de Hoz, quien se desempeñó como ministro de Economía hasta el 29 de marzo de 1981.


Martínez de Hoz siguió, en ese momento, nuevos lineamientos económicos de la Escuela de Chicago (genéricamente incluida en el concepto de neoliberalismo). Su plan económico fue presentado el 2 de abril de 1976, y tenía como objetivo explicitado detener la inflación y estimular la inversión extranjera. Se inició una reducción arancelaria que llegó a su máximo nivel en 1978, con la finalidad expresada de incrementar la competitividad de la economía argentina y promover sus ventajas naturales. El resultado fue un proceso de importaciones masivas y un efecto desastroso sobre la industria nacional. Las consecuencias del combinado de las políticas económicas internas y la situación financiera internacional de cuantiosos capitales buscando plazas de inversión, impulsó un nivel de endeudamiento récord. La deuda externa, que fue producto, incluso, de la estatización de deuda externa privada, se elevó de 7.875 millones de dólares al finalizar 1975, a 45.087 millones de dólares al finalizar 1983.


Por eso, cuando hoy se sigan escuchando voces que digan que es mejor olvidar y seguir mirando hacia delante recordemos que todavía falta un largo camino por recorrer, y que es solo con memoria, verdad y justicia que se puede cerrar no sólo una herida de madres, no sólo una herida de familiares de víctimas directas o indirectas, no sólo heridas por lo ex combatientes, heridas que aun pagamos con plata manchada en sangre, y no sangre de esos que allí murieron, sino de los hoy que seguimos vivos y arrastramos las consecuencias del golpe más siniestro que nuestro país recuerde, por eso hoy seguimos diciendo que el silencio no es salud, que el silencio nos adormece y que nos hace cómplices de una de las más oscuras épocas de nuestro país.
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