Movilización por un cambio de cultura #NiUnaMenos

niunamenos-2212967w620
niunamenos-2212967w620


"Todas las mujeres hemos vivido situaciones donde experimentamos la desigualdad: desde tener un trabajo donde te pagan menos que a tu compañero o un jefe que te mira de una manera libidinosa hasta caminar por la calle y escuchar que te dicen cualquier barbaridad", expresa Florencia Abatte, escritora y una de las organizadoras de la Marcha #NiUnaMenos. Las redes sociales se convirtieron en un catalizador de estos malestares y permitieron la organización de histórica movilización social que se repitió el 3 de junio. Cada vez hay menos lugar para el silencio cómplice vinculado al acoso callejero, violaciones o femicidios. De este modo los nuevos canales de comunicación permitieron empatizar y solidarizarse con otras mujeres que sufren situaciones más extremas de la violencia machista.

"La masiva concentración por #NiUnaMenos significó un antes y un después en la lucha por la visibilización de la violencia machista en la Argentina. Su impulso se debió al hartazgo generalizado frente a los femicidios, siendo el detonante, el asesinato de la adolescente Chiara Páez, de tan solo 14 años, a manos de su novio de 16, quien la mató a golpes y luego la enterró en el fondo de su casa, en mayo del 2015 en Rufino, provincia de Santa Fe. A un año, el #NiUnaMenos sigue estando vigente y constituye una multiplicidad de demandas dirigidas, principalmente, al Estado Nacional ya que es quien tiene la obligación de garantizar el verdadero reconocimiento y goce de nuestros derechos humanos a nosotras, las mujeres. Muchos anuncios se hicieron luego del 3 de junio, pero lo cierto es que nada cambió, cada 30 horas una mujer es asesinada en la Argentina", manifiesta Raquel Vivanco, coordinadora Nacional de MuMaLá.

El año pasado la convocatoria de Ni una menos comenzó con las redes y tuvo una convocatoria desbordante. "Las redes no inventan nada son un canal de expresión. Los malestares sociales emergen ahí y después pasan a la agenda de los grandes medios. En la página de Facebook de Ni Una Menos recibimos todos los flyers de las movilizaciones de otras ciudades del país. Son iniciativas autogestionadas en cada localidad. Nosotras lo difundimos en la página. Las redes cumplen una función fundamental en la organización. De todos modos, todo eso tiene que tener un correlato organizativo en la realidad. Hicimos reuniones con todas las agrupaciones en la Facultad de Ciencias Sociales. Poner el cuerpo en esas reuniones es muy importante", cuenta Abatte.

Por otro lado, Abatte señala que las redes tienen un componente de horizontalidad muy fuerte que va contra el verticalismo con el que las organizaciones tienden a llevar adelante sus prácticas. Agrega: "La gente que vino a la marcha fue con sus propias consignas. Las redes están buenas porque permiten la multiplicación. No es una línea que se baja y todos tienen que reproducir tal cual. Propenden a prácticas más libres".

La cultura machista atraviesa a la totalidad de la región latinoamericana. "En este sentido nos sentimos compañeras de todas las mujeres que luchan en sus países por estos temas. Tenemos niveles de femicidios altísimos en América Latina. El año pasado la marcha se replicó en países limítrofes. Quisimos usar el lema #VivasLasQueremos porque hace alusión a las otras luchas latinoamericanas que nos parecen parte de una misma lucha".

A partir de un posteo en Facebook, Karen Padilla, una militante feminista del Estado de Chiapas en México, convocó a distintas organizaciones a manifestarse y logró ser la disparadora de la multitudinaria movilización contra la violencia machista, que tuvo lugar el 24 de abril al norte del continente. "Las redes sociales han creado comunidades de sentido, un grupo de personas que comparte valores e intereses. Muchas corrientes del feminismo marcharon juntas: las académicas, organizaciones civiles, y personas que no militan. Fue un llamado desde un feminismo que abarcó a todas las mujeres de México. Fue una forma de visibilizarnos", dice Padilla.

Ante la falta de cifras oficiales por parte del Estado argentino en relación a la problemática MuMaLá y el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana realizaron un informe sobre el acoso callejero. El mismo fue presentado recientemente en el Congreso de la Nación junto a la Diputada Nacional Victoria Donda. Todas las mujeres encuestadas reconocieron que atravesaron alguna situación de acoso en la vía pública durante su vida. La mayoría sufrió este tipo violencia entre los 9 y los 22 años. Al 37% de las mujeres, un hombre le mostró las partes privadas, al 29% las tocaron con intenciones sexuales en la calle, el 27% vio a un hombre masturbarse frente a ellas y un 13% sufrió un ataque físico.

"Con el informe pretendemos contribuir a visibilizar el acoso callejero como una forma más de violencia machista contra las mujeres. La educación sobre el tema es el arma principal para erradicarlo. #ParemosElAcosoCallejero fue la campaña que llevábamos adelante cuando presentamos el informe para darle mayor difusión. El Poder Ejecutivo Nacional a través del Consejo Nacional de las Mujeres debe llevar adelante la implementación de la ley 26.485, sancionada en el año 2009, y poner en marcha el Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, que esa ley le encomienda. Sin embargo el presupuesto con el que cuenta este órgano para el año 2016 representa tan sólo el 0,0055% del total del presupuesto nacional, lo que equivale a $4,50 por mujer para prevenir la violencia machista", dice Raquel Vivanco.

Acción respeto es otra iniciativa argentina que se dedica a realizar intervenciones en la vía pública para concientizar sobre el acoso callejero que sufren las mujeres diariamente. Juliana Santarosa Cobos, directora nacional de la organización dice: "Las redes sociales cobran un rol esencial para ayudarnos entre todos a combatir esta violencia de género, porque transmite un mensaje de concientización: no está bien acosar, es violento, no nos gusta y queremos que nos respeten. Gracias a las redes descubrimos que la mayoría de las mujeres sufren acoso callejero. La llegada masiva que habilita la tecnología permite poner en contacto a personas que tal vez de otra manera no hubieran tenido un punto de encuentro. Se crea así un lazo de solidaridad, compañerismo y entendimiento que sirve de bálsamo para las heridas con las cuales se había aprendido a convivir. Se incentiva el intercambio de soluciones y se fomenta la lucha en contra de la objetivación, fortaleciendo así a las víctimas".

Como representante del sector público, la Presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres, Fabiana Tuñez cree que las tecnologías pueden generar conciencia y protección. De todos modos, cree que es más conveniente que las personas que pasan por determinadas situaciones pidan ayuda a organismos del Estado o consulten a ONGs para estar contenidas desde lo jurídico y lo emocional. Dice: "No solamente hay que exponerlo en las redes. Es muy importante darle un cause desde lo legal". En relación a las cifras oficiales asegura que están trabajando en un registro único de casos de todo el país, que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos en articulación con el organismo que ella misma preside y el Ministerio de Defensa. Estaría a disposición para el año próximo.

"#MiPrimerAcoso fue a los 10 años. Estaba en una esquina esperando para cruzar, vino un tipo, se paró a mi lado y me manoseó las tetas""#MiPrimerAcoso fue a los 10 años. Estaba en una esquina esperando para cruzar, vino un tipo, se paró a mi lado y me manoseó las tetas", fue una de las tantas respuestas que llegó al llamado que hizo a través de las redes Estereotipas, un proyecto cibernético interactivo y feminista, conducido por las mexicanas Catalina Ruiz-Navarro y Estefanía Vela. La iniciativa, que invitaba a contar en las redes cuándo y cómo había sido el primer acoso, se viralizó en toda la región y muchas mujeres se animaron a compartir su historia.

Cuando uno toma la decisión de contar su historia a través de internet, debe tomar ciertos recaudos. Mabel Bianco detalla: "Estos medios son un espacio que exponen mucho y ante todo debemos protegernos, porque salir de una situación de violencia es muy difícil y hay momentos de mucha vulnerabilidad. Es decir, hay que evaluar muy bien cuál es el momento para hacer pública una denuncia, cómo hacerla y con qué apoyo contamos, para que esto sea reparador para la que lo vivió y aliente a otras a salir de situaciones similares sin que la perjudique aún más o la ponga en riesgo".
Lo más visto