Un bebé sanjuanino se salvó de milagro de las llamas del colectivo

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La familia Sosa se salvó de una tragedia. Viven justo frente al lugar donde el colectivo de la línea 38 ardió en llamas.






Kevin Sosa, de tan sólo 2 años, sufrió un susto ya que el vidrio de su ventana, que da a la calle Necochea, estalló en mil pedazos producto de la onda expansiva que generó la explosión del tanque de combustible del colectivo.


El pequeño estaba durmiendo en una cama de dos plazas cuando el micro se incendió. Su papá, escuchó el estruendo y fue a ver qué había pasado.


El cubrecama de Kevin estaba lleno de pedazos de vidrio y la cama rota, aparentemente producto de que se embolsó el aire en la habitación (tenía una sola ventana) y generó un fuerte estruendo en el interior.


Por suerte no hubo mayores daños para el pequeño, solo se asustó y no sufrió ninguna otra herida.
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