Un hecho terrible ocurrió en Río Cuarto. Un matrimonio junto a sus dos hijos de 7 y 13 años fueron a cenar el domingo por la noche.
El lugar tenía juegos y los chicos quisieron jugar después de cenar. Cuando Jonathan, el menor de los dos hermanos, intentó subir a uno de los juegos inflables, el hombre responsable no se lo permitió.