El sanjuanino que fue futbolista, sufre Parkinson y ayuda a otros como él

Se llama Juan Lucero y es un ejemplo de superación. Cuando recibió el diagnóstico y tuvo que dejar el trabajo, tocó fondo. Pero con mucha fuerza interior le pelea a la enfermedad, honrando la vida. 

Foto: Nicolás Mercado para DIARIO MÓVIL

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Juan Lucero nació en Jáchal y siempre le gustó hacer ejercicio. Jugó al fútbol y llegó hasta clubes de Mendoza. Hoy es uno de los integrantes de la Asociación Parkinson San Juan. Pese a los temblores, dolores, dificultades; sigue saliendo adelante.

"Empecé a sentir como una fatiga y dificultad para caminar con una pierna. Todos se daban cuenta menos yo. Estaba mecanizado en el trabajo y me cargaban por cómo caminaba. Mi hermana pensó que era un ACV y comenzamos a ver neurólogos. Uno de ellos me dijo que tenía extrapiramidalismo. "¿Y eso qué es?", me pregunté. "Parkinson", me dijo el médico y se preocupó. Me dijo que era progresivo. Yo empecé a investigar. Y no fue fácil, a mi edad, que tengo todas las ganas de trabajar; tener que resignar otras cosas", contó con mucha sinceridad Juan a DIARIO MÓVIL.


Juan y otra campeona sanjuanina, Ceci Román. Foto: Nicolás Mercado para DIARIO MÓVIL

"Es un cambio de vida. Cuesta dormirse, cuesta que lo entiendan a uno. Esto se ve por fuera como si fuera una persona normal. Pero hay muchas cosas que nos incomodan: hablar mal o estorbar el paso o que se nos derrame algo. Muchos no se dan cuenta, pero si lo apresuran a uno, uno se desespera. Damos órdenes al cuerpo y no nos responde", explicó.

En un punto, la enfermedad avanzó al punto en que Juan tuvo que dejar su trabajo. "Otro impacto más. Fui a una psicóloga porque me deprimí mal, mal. Pero, de un día para otro logré un equilibrio emocional gracias a la contención familiar". Juan vive con sus cuatro hijos de 24, 22, 20 y 19 años. "Les ha tocado compartir esto conmigo y lo llevamos bien", dice con una sonrisa.

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Con esa paciencia trabajada, con esa voluntad redescubierta, Juan empezó otro trabajo, más personal y duro: hacer conciencia de sí mismo y ayudar a otros. Por cuatro años, él mismo ha sido el cuidador de una paciente con Parkinson. También volvió, con su propio ritmo, a la actividad física. Hizo ciclismo y trekking ... ¡en el cerro Parkinson!.

"Esto es tratar de no dejarse vencer y enseñar desde la experiencia, demostrar que somos útiles, que podemos hasta el último día ser colaboradores, solidarios, sensibles. No somos inútiles"

Unos 40 sanjuaninos integran la Asociación Parkinson San Juan para acompañarse y luchar por su calidad de vida. "Nos entendemos entre nosotros, a veces con una mirada. Es difícil explicar el dolor o la sensibilidad a alguien que no lo sufre. Es difícil que nos comprendan. Son dolores neutros, como si fuera una goma el brazo y es doloroso. Por ahí nos despertamos con el cuerpo cansado para una batalla a diario", explicó Juan.

 

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El grupo logró que las obras sociales cubran en mayor porcentaje los medicamentos. Los remedios son caros y a veces no se consiguen. Uno de los que necesita Juan, cuesta $4000 y dura un mes. Y todavía falta que les reconozcan, por ejemplo, los tratamientos psicológicos por depresión.

"Lo más importante es el afecto, es la mejor medicina. Y a veces hace falta un empujoncito. Gracias a la familia y a los profesionales que tenemos, ahora se puede llevar mejor calidad de vida"

"Este grupo es excelente, es integrador, es excelente la solidaridad entre compañeros. Y tenga por seguro, que no nos vamos a quedar quietos", dijo Juan con doble sentido.

 

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