La Comida No Se Tira: Un proyecto que rescata comida para comedores

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Es un grupo comprometido que demuestra que lo que para algunos es desperdicio para otros es alimento.

El hambre es uno de los grandes problemas que acosan a la sociedad, y mientras en algunos lugares falta la comida, en otros se tira a la basura. Para evitar que eso suceda, un grupo de voluntarios mendocinos trabaja desde hace algunos años en el proyecto La Comida No Se Tira, rescatando esos alimentos que van a ser desechados.


"Es una iniciativa solidaria y voluntaria que tiene como objetivo trabajar contra el desperdicio de alimento, recuperando aquellos que están en perfecto estado para ser consumidos y que terminan en la basura por distintos motivos, como por ejemplo frutas y verduras que por su maduración ya no se van a comercializar y que generalmente se descartan, o los sobrantes de grandes eventos", explicó Verónica Barrera, coordinadora de este emprendimiento.


En octubre de 2015 se inició, a nivel nacional, bajo el nombre Plato Lleno, pero este año decidieron adaptarlo a la provincia y a las necesidades de Mendoza. Allí surge La Comida No Se Tira, del que actualmente participan unas 20 personas. "El año pasado hasta participamos de una cosecha", contó Verónica.


"Por un lado trabajamos para generar conciencia, y por otro rescatando esos alimentos que ya no se van a consumir, haciendo de puente con instituciones sociales que lo necesitan. La primera finalidad es trabajar contra el desperdicio y si se producen excedentes, que la población sepa que hay gente que lo necesita", agregó.


Aquellos que realizan la donación lo hacen de manera anónima para evitar cualquier tipo de reclamo.


"Nosotros somos la cara visible y lo trasladamos a comedores que ya tenemos registrados y que van a hacer un uso responsable de esos alimentos", dijo Verónica.


Además, explicó cómo es el procedimiento: "Hacemos una visita al lugar donde van a ir los alimentos, para chequear que sea un lugar higiénico, que tengan heladeras y saber qué tipo de comida pueden recibir, porque no es lo mismo llevar panificados que comida elaborada. También necesitamos saber qué días se van a consumir, para no tener mucho tiempo almacenados los productos y que sean consumidos de manera inmediata".


Una particularidad es que la entrega de la comida se realiza en el mismo momento en que se hace el rescate. Es decir que si a las 2 de la madrugada se busca la comida de un evento, en ese instante se lleva al lugar de destino, que previamente ha sido contactado y donde los tienen que estar esperando con las heladeras preparadas.


"Cuando llegamos vamos con conservadoras, material descartable (guantes, cofias y todos los elementos que hacen a la higiene), se envasa todo en el mismo lugar, se carga y se descarga en las heladeras del comedor. Hay que tener un cuidado particular porque estamos manipulando alimentos. También hacemos un seguimiento fotográfico al rescate para darle transparencia al proyecto", detalló Verónica Barrera.


En Mendoza, el mayor rescate es de frutas y verduras. "A nivel mundial se desperdicia el 45% de la producción, y nosotros no estamos ajenos a eso", sostuvo.


Promover el respeto y la valorización de los alimentos es uno de los objetivos principales que persiguen desde este proyecto que a su vez apunta "a que las empresas sean responsables, que hagan un mejor cálculo y que si tienen un excedente lo donen, y por otro lado que la gente sea consciente desde su casa.


Que la comida cumpla con su fin, que es ser comida y no basura", dijo Barrera sobre la finalidad que tienen.


Los voluntarios son muy importantes en esta tarea, por lo que convocan a todos aquellos que se quieran sumar y ser parte de esta iniciativa.


"El voluntario tiene que saber que esto es ceder su tiempo a una causa solidaria", explicó la coordinadora de este proyecto solidario.


Fuente:DIARIO UNO
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