Sanjuanina superó su discapacidad, montó un emprendimiento y hoy es su propia jefa

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Analía tuvo que cambiar su vida a causa de su salud y hoy su historia inspira a otras personas. 




Foto: Nicolás Mercado para DIARIO MÓVIL.

La vida de Analía Suvire cambió dramáticamente en el momento que le diagnosticaron un tumor benigno en su cabeza que le trajo secuelas que de a poco pudo ir superando. Ella trabajaba como secretaria administrativa, estaba “a full con mi labor, hasta que hubo un pico de estrés y esto que hoy tengo se desató”, contó. Todo comenzó hace unos cinco años aproximadamente, y en Mendoza le dijeron que no se podía tocar. Su patología es “tratable” pero tiene que tener un control sobre su vida. “Con el tiempo uno se empieza a conocer, si paso una situación de muchos nervios, que me provoca estrés sé que me puede doler la cabeza. Esto es mi compañero de vida. Cuando me pasó no pude caminar por 15 días, perdí la estabilidad. Mi hijo más grande era muy chico y fueron momentos muy feos; pero uno aprende a crecer. Hay un momento en el que uno tiene que frenar porque el cuerpo pasa factura. Aprendí a escuchar mi cuerpo”, dijo Analía.


Foto: Nicolás Mercado para DIARIO MÓVIL.

Además de tener que enfrentar esta enfermedad, la echaron de su trabajo y ahí comenzó, como lo dice Analía, “la supervivencia”. Esta valiente mujer tiene 42 años, es separada y ahora está en pareja, tiene dos hijos y es diseñadora industrial. “En los momentos de supervivencia empecé a vender ropa, y en esa etapa, no tenía un trabajo fijo. Cuando me dejan sin trabajo una amiga me dijo ahora disfrutá la vida y mi médico me dijo aprendé a vivir de otra manera”, relató Analía.

En este camino que comenzó a recorrer obtuvo un certificado de discapacidad y ella siempre quiso sentirse útil. “Puedo trabajar 4 horas, pero es difícil encontrar algo así. Entonces fui a la dirección de discapacidad. Allí las chicas me recibieron muy bien y me dijeron quédate tranquila. Y fue así como a los dos meses me llamaron y me preguntaron si podía dar clases. Y me asusté”. A pesar de todo lo que vivió, Analía cuenta su historia con una sonrisa de por medio y con muchos agradecimientos a quienes le tendieron una mano en los peores momentos, como por ejemplo en la dirección de discapacidad. “Me propusieron dar talleres de artesanías y también ayudo en la junta a la gente que va con sus documentos a iniciar un trámite. Vamos por los departamentos dando talleres de todo, cerámica, madera, entre otros. También tenemos uno los días miércoles con un grupo estable en la dirección. Ademá,s participamos de ferias y podemos vender y mostrar lo que hacemos”, manifestó orgullosa.

Analía Suvire aprendió a ver las cosas de otra forma, también es mami hockey en el club UVT pero por los horarios por ahora tuvo que dejar. Ella aseguró que “hay que sonreírle a la vida para que la vida te sonría, aprendí a ser feliz, a amar la vida”.
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