Conmovedora CARTA AL CIELO del hombre que buscó a quienes recibieron los órganos de su hijo fallecido

chico fallecido
chico fallecido
Daniel conmovió a todos con la carta que le escribió a Bruno.

Aún sigue buscando a quienes recibieron los órganos y aún el dolor sigue intacto. En la carta Daniel le cuenta a su hijo como está todo "por acá".

Carta al Cielo...

Hola hijito.
Ayer, a las 17:00 hs, hizo un mes que te marchaste. Fue un día muy duro para nosotros, y no te pude escribir. Hoy, me llegó tu acta de defunción, donde dice “oficialmente” que te fuiste a las 3:00 am del día 6/10/18...hoy, ¡justo un mes después!. Ese mismo acta está certificada por el funcionario interviniente justo el día 10/10/18...¡en tu cumpleaños!. Y siguen las coincidencias de fechas, que no sirven para nada tal vez, o simplemente para volvernos mas locos...

Te cuento que por acá, está haciendo una primavera hermosa. Que está lloviendo dos o tres veces por semana. Que el campo está espectacular, como a vos te gustaba. Los sembrados prometen una linda cosecha (si es que no pasa nada raro, como casi siempre pasa...). Las liebres se están apareando, y volvieron, como todas las primaveras, a andar de a tres...¿te acordás cuando eras chiquito y me preguntabas porqué andaban de a tres juntas y tan mansitas?...y a mi se me complicaba explicarte...ja!.
La hacienda está engordando. Tu vaca está criando su ternera sin problemas; el sábado vacunamos...la primer vacunada sin tu presencia. EL jueves 1/11 pudimos esquilar; los muchachos me ayudaron a juntar la lana y a atar y cargar los lienzos, ya que vos no estabas...Tu potrillo se está criando hermoso; cuando llegue el momento, y aunque estoy medio viejito, espero sacar un caballito mas o menos discreto, en honor a vos... ya me lo habías “entregado en doma” ante la cercanía en el tiempo de que te ibas a ir a estudiar ¿te acordás?...me dijiste: “Y lo vas a tener que hacer vos, si yo no voy a estar...”.
Lo único que falta para que todo sea maravilloso, es tu presencia, que para nosotros es como si faltara todo.

Por lo demás, todo sigue igual en éste, tu querido país. Los políticos siguen echándose las culpas unos a otros y seguimos estancados, en éste, nuestro “país bananero”, como decías vos cuando te enojabas con la realidad.
Los médicos que te operaron, no “dieron la cara” ni llamaron, pese a una carta abierta que les escribí medio “caliente” en su momento, y con algunas consideraciones mal expresadas por mí, en realidad. Tal vez tengan miedo de que les haga juicio...vos y yo sabemos que, si hicieron algo mal, sería muy difícil de probar y que nada de lo que podamos hacer ahora, nos devolverá tu vida.

¡¡¡Se dió la final de la Libertadores entre dos equipos argentinos...y encima los “archirivales”!!!: el tuyo y ya sabés quién es el otro...ja!. Sé que una parte tuya lo verá en la casa de un “gallina”, que te quiere mucho...¡ojalá se lleven bien!. Las otras, no sé. Ojalá que puedan “contagiarse” de algo de tu valentía alguna vez, y si no es así, tal vez seguiste el camino final de Ragnar...¿te acordás?.

Recién vengo del colegio. Les fui a llevar a tus compañeros los $685 que te habían quedado juntados con la venta del “numerito”, en tu alcancía de pote de helado. Por supuesto no me los querían aceptar, así es que se los impuse “de prepo” y les rogué que me dijeran si estabas al día con la cuotita que pagabas para la fiesta. Les pedí por favor que me hagan saber si con eso quedabas al día y que si no, me “pasen la cuenta”...(¡viste que los Jensen nunca quedamos debiendo nada!...y esta ocasión no será la excepción, por supuesto). Les expliqué que te había criado en esos valores, y que ese dinero no me correspondía, que vos lo habías juntado con ellos y para vuestra fiesta, que vos te hubieras sentido honrado y orgulloso de que ese dinero se utilizara para lo que había sido recaudado, así es que allí está, entregado.
Galo y su familia nos invitaron a estar en su mesa ese día. Mamá no quiere ir. Danesa y yo confirmamos nuestra presencia; no sé cuánto vamos a aguantar, pero nos pareció que a vos te hubiera gustado.

Bueno hijito, te puse mas o menos al tanto de la situación, y de las cosas que han pasado en este último mes. Me animé a escribirte porque siempre fui mejor escribiendo que hablando. Lo hice en la forma “antigua”, en formato de carta, que vos no conociste, pero que existió hasta hace unos 20 o 30 años. Ahora debería imprimirla y llevarla al correo, pero como no tengo tu “dirección”, la voy a largar el “éter” informático y global, que es lo que vos manejabas, para que en una de esas te llegue...aunque vos y yo sabemos que es solo un desahogo y la enorme necesidad que tengo de comunicarme con vos. Si la recibís, mandáme una señal...yo voy a hacer fuerza con el alma para que te llegue.

Mamá está destrozada. Mandále todas tus fuerzas y buena energía, las está necesitando muchísimo...vos lo sabés.
Danesa bien (vos viste que la “gordita” es un camión, gracias a ¿Dios?). Ella está apuntalando toda esta situación...
Y yo, qué te puedo decir de mí. Siempre me admiraste por ser “fuerte”...¿te acordás?.Te comento que en este último mes he llorado muchísimo mas que en toda mi vida anterior...espero no defraudarte...Te mando un abrazo gigante...(“nunca hay que perder el abrazo hermano”...¿te acordás?).

Te mando “un beso grande”, como decías siempre vos, en tus despedidas telefónicas, y el ferviente deseo de que estés mucho mejor “allá”, si es que existe ese lugar. Si existe, solo esperame un poco, ya voy a llegar...
Quién te amará eternamente...

Papá.
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