Proebstel le aconsejó a esta gente que la próxima vez que vean a alguien como ella en la playa, antes de señalarla y reírse, se tomen un momento para pensar en el daño que pueden provocar. “No todas las personas –ya sean jóvenes o adultas, hombres o mujeres– aprendieron a soportar estas actitudes como yo, que las ignoro”, consideró.
La joven confesó que estuvo a punto de volver a cubrirse con su pareo pero que, luego de un segundo, se recordó todo lo que aprendió en su vida. “Así que levanté la cabeza, saqué mi panza y vestí esa bikini con orgullo”, desafió.
Proebstel envió un mensaje a los padres, para que les enseñen a sus hijos que no existe una sola forma corporal, que hay un arcoíris de cuerpos hermosos. “Les pido que los instruyan para no quedarse mirando un estómago más grande de los que suelen ver en la TV sino que miren a esas personas a la cara; que les inculquen el ser bondadosos con todo tipo de gente, sin importar su apariencia”, solicitó.
Por último, recomendó que los chicos aprendan a ser “el cambio positivo que necesitamos ver en el mundo, así en 5, 10 o 20 años, no existan más personas que pasen por esto”. La mayor parte de los comentarios que llegaron fueron de apoyo a su actitud, al tiempo que algunos relataron situaciones similares. En otro post, Proebstel agradeció la repercusión de sus palabras y aclaró que es una mujer saludable –explicando su rutina de ejercicios y alimentación–, “tal vez más que muchas personas flacas”.