Cuesta de Huaco, un tesoro natural sanjuanino

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Los molinos centenarios, las casas de adobe entre sauces y acequias con el fondo de la montaña son algunos de los serenos paisajes que ofrece Jáchal para los amantes de la naturaleza y la historia. En esto, la Cuesta de Huaco ofrece una de las excursiones más interesantes. Con los caprichosos coloridos de los cerros ofrece panoramas dignos de retratar.




Foto: Roberto Ruiz.

Jáchal es uno de los destinos en donde el turista puede encontrarse una amplia gama de opciones. Desde la tranquilidad profunda a las más variadas posibilidades de practicar el turismo aventura, pasando por circuitos naturales de extrema belleza y hasta la pesca deportiva de truchas.

No obstante, más allá del encanto propio de este pintoresco departamento sanjuanino en donde hay atractivos para todos los gustos, Jáchal es el centro de una zona muy privilegiada y que forma parte de excelente recorrido por los principales sitios de interés de San Juan en particular y Cuyo en general.

En entre ellos, el circuito del corredor Jáchal- Huaco es una de las excursiones más interesantes. La ruta provincial 491 invita a recorrer la imponencia de la Cuesta de Huaco y en ella descubrir lugares como La Falda, una pequeña población de reconocida tradición gastronómica en la que se destacan excelentes dulces y las llamadas “toritas jachalleras”.

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En este paseo también se llega al dique Los Cauquenes, ubicado sobre el antiguo lecho del río Huaco, su nombre está relacionado con aves del lugar. Se trata de un hermoso espejo de agua dispuesto a 15 kilómetros de Jáchal, donde se practican numerosos deportes náuticos y la pesca deportiva de pejerreyes.

Luego de 5 kilómetros se llega a La Ciénaga, una zona turística con accidentes naturales, rodeada de sierras multicolores y un valle atravesado por el río Huaco.

Más adelante, la belleza de la Cuesta de Huaco ofrece un verdadero balcón natural. Se trata de El Mirador, desde donde se observa un paisaje sobrecogedor. Con los caprichosos coloridos de los cerros, entre rojos, ocres y grises, que enmarcan el lugar, desde allí se observa el río, el “Sillón del Gigante”, que es una formación rocosa que se asemeja a un gran sillón y que puede apreciarse desde la ruta junto al Río Huaco, el “Dique Chico”, y todo el verdor del Valle de Huaco.

Los que desean vivir esta experiencia, deben de tener en cuenta ciertas recomendaciones. Si bien el camino para ascender a la Cuesta de Huaco es pavimentado y se encuentra en buenas condiciones, hay ciertos tramos en los cuales la pendiente es muy pronunciada y el camino se estrecha bastante, por lo cual se recomienda conducir con precaución, tocando bocina en las curvas por si viene algún vehículo de frente.
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