La familia de médicos sanjuaninos que prefiere la cárcel antes que practicar abortos

Cultura
Los Antequeda son una familia dedicada a la salud. El padre médico ginecólogo, dos hijos que siguieron la misma especialidad, un endocrinólogo y dos hermanas mujeres que se dedican a la rama de la psicología y la psicopedagogía. Uno de ellos, Pablo, es el que por estos días encabeza con su pañuelo celeste y su bata de médico la lucha para que no se apruebe la ley del aborto legal.




Pablo Antequeda - Foto Nicolás Mercado para DIARIO MÓVIL.

La historia familiar comenzó cuando su padre conoció a su madre, mientras estudiaba en Córdoba. Su papá era una persona de poca fe y su novia con quien después se casó, lo hizo transitar por el camino de la religión. Según relata Pablo, “mi papá tuvo una conversión a tal punto que hoy es diácono”. De allí en más toda la familia es católica practicante y en su conjunto son firmes defensores de las dos vidas y opositores al proyecto que se votará este miércoles 8 de agosto en el Senado.

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Pablo, este médico que nos recibió en su consultorio ya sin pacientes, es casado, padre de familia, de firmes convicciones cristianas y de formación salesiana, egresado del Colegio Don Bosco. Dijo que “la defensa de las dos vidas, trasciende lo religioso y lo médico. Esto tiene que ver con lo humano”, expresó.

Con la guía de su padre, el médico ginecólogo mayor, a Pablo Antequeda poco le interesa que lo critiquen por su religión. No le gusta confrontar, según sus propias palabras, sino dejar clara su posición. Aseguró que  “Esto que está pasando me produce una profunda tristeza, estas ideas que nos quieren traer son de afuera y son modas. Con esto retrocedemos muchos años.”

En su experiencia como ginecólogo pudo ver el parto de una de sus hijas y participó de los nacimientos de otras integrantes de su familia y eso lo ha marcado.


Foto: Nicolas Mercado para DIARIO MÓVIL.

Este profesional de la salud que también se desarrolla en la parte pública y que encabezó el discurso en el abrazo simbólico al hospital Rawson, expresó que “cuando una mujer llega con un aborto provocado niegan que hubieran hecho maniobras abortivas. Esto se pregunta para saber cuál es el protocolo de medicación”.  Además “cuando se logra entablar una relación con una paciente y se le pregunta sobre esa situación se produce un silencio en la mujer o un quiebre en la voz. En ese momento es cuando comienza el relato y es una fecha que nunca se olvida, la conciencia te persigue. En el consultorio compartimos el oído y las mujeres se lamentan no haber tomado la decisión correcta. Es el trauma post aborto”, manifestó el doctor Antequeda.


La Virgen y un pañuelo celeste en la clínica Mater Dei.
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