Un médico retirado -que ayudó abortar a varias mujeres en Londres en su juventud- cambió su postura tras ver su sufrimiento tras el procedimiento y quiso compartir su historia en el XXII Congreso Nacional que la Federación Española de Asociaciones Provida.

Manuel Velasco defendió el ‘derecho’ al aborto durante mucho tiempo y animaba a amigas suyas a ir a Londres a abortar antes de que este procedimiento se legalizara en España en el año 1985, recoge el medio Alfa y Omega.

“Las conocía a prácticamente todas, y cuando ves sus ojos antes y después… sabes que lo que hay ahí es dolor, aunque muchas sigan pensando que hicieron lo que debían”. Para él todo empezó a cambiar ahí.

“Las malas elecciones te dejan una herida para siempre. Y yo todavía no me siento bien con mi conciencia” después de haber apoyado el aborto, afirma Manuel Velasco.

“Por eso estoy haciendo este esfuerzo” compartió Velasco en el marco del Congreso Provida. Velasco contó que mientras militaba en un partido de extrema izquierda recomendó a las militantes que le consultaban ir a abortar a Londres para lo que les facilitaba los contactos.

Agnóstico y provida

El médico retirado narró que el punto de inflexión para él se produjo al presenciar la gran fiesta que se celebró en 2008 cuando un barco abortista llegó a Valencia para practicar abortos en aguas internacionales, burlando así la legislación local.

En ese momento ya es estaba gestando la nueva ley del aborto del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero que pretendía ser mucho más permisiva y aun así el número de abortos ese año ascendió a 115.812.

“Recuerdo que se celebró como una gran fiesta”, narra Velasco. “Ahí vi la luz. Sabía que ninguna de las mujeres que yo conocía y habían abortado lo vivían así. Nadie celebra eso”. Fue el empujón que necesitaba para rechazar del todo esta práctica.

“Me parece importante, además, que se sepa que hay personas agnósticas que no estamos de acuerdo con el aborto”, añade Velasco y destaca que no cree que haya que castigar a una mujer por abortar, pero sostiene que el Estado no debe legalizarse ni financiarse con dinero público.

Alicia Latorre, presidenta de Provida destacó el importante papel que juegan personas que conocen de primera mano “los entramados de la cultura de la muerte”

“El dolor de haber colaborado con ella los empuja a compensar el daño que han hecho. Y son una esperanza de que cualquier persona puede cambiar y sacar algo bueno hasta del peor pasado”, afirma.