Blanquita, la ABUELA milonguera que tiene 94 AÑOS y sigue bailando

A los 91 años fue semifinalista del Mundial de Tango de Buenos Aires. Su salud y vitalidad se lo atribuye a esta danza.

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Con una sonrisa enorme y una mirada auténtica, Blanca Ilma Viscochea, Blanquita como la llaman todos, festejó otro cumpleaños más en uno de sus lugares favoritos, la milonga. Reveló con orgullo que ya son 94 años de vida, de los cuales 80 los pasó bailando tango.

Sostiene que, sin lugar a dudas, el tango es la razón de su buena salud, su vitalidad, su memoria envidiable y un sentido del humor y picardía, que parecen mantenerse intactos a pesar del paso del tiempo. “Soy sana. No sé lo que es un dolor de cabeza”, dijo Blanquita en dialogo con ConBienestar, reconoció que toma mucha agua y que su único vicio siempre fue bailar.

“El tango tiene mucho que ver con mi salud. Es alegría, es mi pasión. Cuando tengo malos pensamientos pienso en la música, en que voy a salir y me olvido de todo. Jamás pienso en la edad que tengo porque la música me lleva, me relaja. Bailar me hace feliz. Hasta que Dios me de vida, voy a seguir bailando”, contó la milonguera. Empezó a bailar tango a los 14 años y desde entonces, solo paró cuando quedó viuda (a los 53) porque su esposo, Roberto Segat, era también su compañero de baile. Hizo el duelo durante un año y siguió bailando hasta hoy.
Blanquita, junto a su marido.



La vitalidad de Blanquita es notable. Baila tango cuatro veces por semana, y aunque parezca mentira, siempre usa zapatos de baile. Atesora diez pares con tacos de siete centímetros, (el que se usa para bailar tango): “Tengo un poco de artrosis en la rodilla, pero me subo a los tacos y se me pasa. Sin tacos no sé caminar, no puedo bailar”.

Para la milonguera, el secreto está en la combinación de un buen carácter y darse todos los gustos sin caer en el vicio. Le encanta cocinar y puede comer de todo, pero no consume carne roja. “Almuerzo bien y a la noche por lo general no ceno”, comentó. Come pescado una vez por semana y nunca se priva de una copa de vino blanco, rosado o champagne. “Sólo me cuido la presión”, aclaró.

Blanquita, en plena demostración.

Más allá de la alimentación, Blanquita considera que la actitud positiva es muy importante para sentirse bien. “Trato de pensar cosas lindas, soy muy tranquila y positiva. No hay que levantarse pensando en lo que te duele ni andar contando los malos ratos; gracias a Dios yo no tengo nada malo para contar. Soy muy feliz y me gusta que la gente que esté a mi lado la pase bien”, contó.

Fuente: TN

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