Persiguiendo al Conejo Blanco, la travesía de una pareja argentina que viaja hacia Alaska en una kombi

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Ariel y Soledad son de Buenos Aires, y desde que renunciaron a sus trabajos y se subieron a la Kombi Volkswagen 1984 para iniciar una travesía con destino a Alaska. Ya lleva 4 años, 16 países de América y miles de anécdotas vividas, experiencia de compartir su cultura y conocer las historias de las personas de cada pueblo del continente que han recorrido. “Persiguiendo al Conejo Blanco” es como decidieron llamar a su viaje, que inició el 2 de mayo de 2015.



Esta es una historia acerca del amor y la felicidad, Soledad Oviedo y Ariel Mancuso cumplen el sueño que para muchos es utopía. Todo comenzó el 2 de mayo del año 2015 con mucho entusiasmo, ilusión y alegría este gran sueño que ya lleva 4 años, 16 países y miles de anécdotas. Es día partieron desde Argentina y recorren América con destino a Alaska.

Ariel, de 30 años, trabajó como ingeniero industrial en una multinacional durante 8 años. Soledad, también de 30, estudiaba química de alimentos para la industria y trabajaba en un laboratorio de microbiología. Actualmente están casados y desde hace unos años tienen como casa a “Cachi”, una Kombi Volkswagen 1984, con la que viajan.

“Con Sole nos conocemos desde chiquitos realmente. Éramos compañeros de una colonia de vacaciones de verano en Buenos Aires, pero no éramos muy amigos en realidad. Nos conocíamos, y luego unos 10 años más tarde nos volvimos a encontrar. Hubo onda, nos pusimos de novios y al tiempo salió la idea de salir de viaje juntos. Ahora llevamos 7 años aproximadamente y unos meses de casados. Nunca convivimos juntos salvo el día que salimos de viaje. Ahí arrancó la experiencia de vivir juntos en una kombi de dos o tres metros cúbicos”, cuenta Ariel, en una entrevista para DIARO MÓVIL desde California, Estados Unidos.

Es la película de sus vidas, el amor que se profesan ha tenido como desafío cruzar de sur a norte el continente, resistiendo lo extremo del clima, las carencias y abundancias del día tras día, pero ellos no abandonan su propósito. Todas las vivencias la retratan en su Facebook y pagina web Buscando al Conejo Blanco, nombre un tanto peculiar pero que resumen la esencia de su travesía. Durante los cuatro años de viaje por América, el matrimonio ha recorrido la Patagonia y norte de Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice, Cuba, México y ahora Estados Unidos.

Están convencidos que tarde que temprano todo ser humano tiene que responder por sus sueños de vida. Pero la idea originalmente la tuvo Ariel, quien pensó durante varios años antes de emprender el viaje en vivir una experiencia trascendental. “La idea de viajar es para salir a conocer un poco el mundo y dejar atrás o por un tiempo al menos la rutina, el trabajo de fábrica y de oficina, que es lo que yo conocía, un poco la monotonía de una gran ciudad. En el momento en que me animé a salir de viaje fue que la conocí a ella y todo se fue dando como para que estuviéramos juntos para vivir esta experiencia que ya lleva 16 países”.

Viajar persiguiendo un conejo hasta Alaska

-¿Como los ha recibido la gente en los lugares que visitan?

-“La verdad es que hemos visitado tantos lugares que hay una infinidad de impresiones, pero la verdad es que intentamos ir a lugares que nos gustan y que nos llamen la atención. Son lugares naturales o ciudades que tengan algo natural para ver. Muchos pueblitos hacemos en los países, pero siempre es en donde nos llame la atención. Fueron lugares muy lindos.

Después hemos visto lugares que ni imaginábamos como Machu Pichu, las ruinas mayas, las aztecas, lugares sagrados. Lugares que uno solo conoce por películas, así que en ese sentido un muy lindo viaje, y la gente es increíble. Eso fue siempre lo mejor del viaje. Desde el primer día hubo gente que uno se cruza en el camino, que te da una mano, que te alienta, que te tira buena onda. Eso en todos los países.”

-¿Por qué su viaje se llama “Persiguiendo al Conejo Blanco”? ¿Cómo obtuvo su nombre “Cachi”?

-“El nombre de Persiguiendo al Conejo Banco surgió pensándolo bastante. Un día estábamos de lluvia en Buenos Aires antes de salir de viaje buscando un nombre al viaje para identificarnos y siempre nos gustó la analogía doble de Alicia en el País de las Maravillas por un lado. En la historia se renuncia al mandato social y perseguir a un conejo por una madriguera y ver qué se encuentra más allá. Entonces la escusa sería esa, la de perseguir un conejo por toda América y cada país visitado y cada lugar es un mundo nuevo que nosotros vamos descubriendo, conociendo. Así que va un poco por ese lado.

También en la película Matrix hay algo relacionado con ese tema de perseguir al conejo. Es como tener un norte o un sueño que te lleve a un mundo un poco más lindo.

El nombre de Cachi para la combi surgió luego de tantas idas y venidas al mecánico en el mismo Buenos Aires. Cuando la compramos no andaba bien que estaba en el mecánico y cuando salíamos nos quedábamos y otra vez al mecánico. Entonces siempre ´cachi llegamos´, ´cachi chocamos´, ´cachi arranca´. Siempre estábamos a un paso de llegar pero siempre había un problema nuevo.”

-¿Extrañan la Argentina y a sus familias?

-“Después de un tiempo en que uno no vuelve empieza a extrañar un montón, sobre todo en las fechas especiales. Afortunadamente este año pudimos pasar las fiestas en Argentina y quedarnos para el verano allá.

Así que repusimos energía, vimos un montó a la familia, volvimos un poco a las costumbres argentinas: a comer asado, a tomar mate todo el tiempo, comer los bizcochitos de la panadería. Son esas cosas que a uno le gusta las tuvimos por un tiempito y hace apenas unas semanas que retomamos el viaje en California. Pero la Argentina siempre se extraña y a la familia más.”

-¿Cuándo tienen pensado planificado llegar a Alaska?

“Alaska siempre está cerca pero a la vez lejos. La idea cuando arrancamos el viaje era llegar en dos años aproximados, ya van cuatro y todavía nos falta un poquito. Si todo sale bien queremos llegar este año, en el verano del norte que sería junio o julio aproximadamente, o agosto a más tardar. Es para disfrutar esa zona que dicen que es bellísima, que hay montañas, lagos y bosques.

Cuando ya empiece el invierno empezar a bajar en este caso que nos agarre el invierno crudo tan arriba. Así que ahora estamos poniendo a la combi, a ´Cachi´, en condiciones, haciéndole un montón de ajustes, de arreglos en el motor sobre todo para que ande bien y en un par de días más salimos a la ruta rumbo al norte.

Tenemos que cruzar un tramo más de California, Oregón y Washington en Estados Unidos. Luego entrar a Canadá, cruzar el estado de British Columbia, algo de Yucon y luego llegaremos a Alaska.

Estamos a 3.300 kilómetros. Es bastante, pero tampoco es una locura. Se puede llegar si arrancamos bien. Así que vamos a ir paseando y conociendo, pero a la vez ya encaminado al norte por los tiempos.”

-¿Tienen proyectos nuevos una vez que concluyan su viaje a Alaska?

“Tenemos muchos proyectos nuevos luego de Alaska y ninguno a la vez. Muchas veces nos hacen esta pregunta, de qué pasa luego de Alaska, pero realmente ni nosotros lo sabemos.

Seguramente bajaremos un poco al sur de Estados Unidos o a México otra vez para seguir conociendo otras zonas, pero luego replantearse si bajamos hacia Argentina todo por tierra nuevamente. Igual nos tenemos que embarcar en algún momento y se puede embarcar a Colombia, a Chile o hacia Argentina misma si uno quiere volver rápido.

Pero a veces nos pica el bichito de seguir conociendo el mundo y nos podríamos ir en algún momento a Europa y hacer otros traslados también. Así que por ahora la idea es llegar a Alaska y ahí ver qué queremos seguir haciendo en nuestra vida, pero siempre estando cerca de Argentina”.
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