Juan, el sanjuanino que pasó de vivir en la calle a estudiar en la UNIVERSIDAD: "Lo más difícil es el invierno y el hambre"

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Juan tiene 19 años, se fue de su casa por decisión propia y vivió en la calle. Hoy vive en el refugio de Vivi Fornés.

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Él recibió a Diario Móvil en lo que es hoy su hogar, y compartió su experiencia de vida con anécdotas tristes, pero con un proceso de reconstrucción personal autodidacta y con una predisposición muy positiva de querer progresar.

Juan, contó: "Viví de casa en casa con amigos por un tiempo, también en la calle y en la terminal. Un día se me ocurrió buscar en Internet y fui al Madre Teresa de Calcuta y esperé, pero mi lugar se ocupó. Un hombre me dijo que me habían ganado de mano y otro señor que escuchó y me dijo del refugio de Vivi y me dijo donde quedaba , que resultó ser cerca de la casa de mi mamá. Cuando llegué me recibieron muy bien".

En medio de la entrevista empezaron a llegar los demás compañeros del refugio que tiene 8 cuchetas, microondas y lo necesario para que coman. Llegó un joven entrerriano, después un señor con camisa y saco. Pero apenas el equipo ingresó, uno de los asistentes del lugar, de 80 años, ya estaba acostado.

Mientras tanto Juan siguió con su relato en medio del saludo de sus compañeros de cuarto. "Yo me reconcilié con mi familia. Me fui porque tuve una muy mala relación con mi padrastro hasta que un día discutimos muy feo y nos fuimos hasta con empujones e insultos. Mi mamá lo echó a él y luego yo me fui. Yo reconozco que fui siempre rebelde pero creo que fue por la ausencia de mi papá que falleció cuando yo tenía 3 años Nunca asumí que mi padrastro me pegara. Yo he sido muy conflictivo. Me he autopsicoanalizado y he asumido que fue eso", expresó Juan.
"De vivir en la calle lo más difícil es el invierno y el hambre".

"Me acuerdo de como mis amigos me daban un lugar algunos me escondían. Una vez me cerraron la puerta porque no sabían los padres de mi amigo que yo estaba ahí y pase desde un jueves hasta un domingo sin comer y sólo tomaba agua. Hasta que pude salir. Se puede sobrevivir pero es difícil. Este año empecé a estudiar Filosofía y me gusta. Mi mamá también es docente y siempre le sacaba los libros mientras ella estudiaba y de ahí que me gusta esto. Me va bastante bien. En el día tengo tres lugares distintos para leer y estudiar y suelo almorzar en el Palomar y otras veces no porque no da el presupuesto. Y quiero conseguir trabajo. Yo creo que hay que tener propósitos y hay que cumplirlos. Puedo volver a mi casa pero mi condición es hacerlo con el título o con un trabajo fijo", contó el sanjuanino que demuestra que todo es posible si se quiere.
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