GESTO DE AMOR: Tienen 4 hijos y adoptaron a 5 más para que no los separen

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El gesto de amor que le ganó al dolor en Caleta Olivia: David y Silvia se casaron hace 25 años. La justicia de Santa Cruz acaba de darles la tutela definitiva de chicos que sufrían violencia y abusos de sus padres biológicos.






La historia la están escribiendo David y Silvina, un matrimonio que el pasado 7 de mayo cumplió 25 años de casado. En ese tiempo fueron padres de 4 hijos. Pero desde el 26 de junio de 2017 decidieron agrandar la familia: tienen bajo tutela definitiva a otros cinco hermanos que comparten la vida con ellos en una casa del barrio de la ciudad santacruceña de Caleta Olivia.

No quisieron que los separen cuando la justicia de Comodoro Rivadavia decidió que por distintos hechos de violencia y abuso no vivan más con sus padres biológicos. Los cinco son sobrinos de Silvina, pero eso es solo un detalle. Iban camino a un hogar de niños para después ser adoptados individualmente cuando el matrimonio les abrió otro camino.





David Mansilla tiene 46 años y es bombero de la Policía de Santa Cruz. Su esposa Silvina Mónica Méndez es ama de casa. Viven en una casa del barrio 17 de octubre: tres dormitorios, comedor y cocina. En lo que iba a ser el living, construyeron dos piezas y un baño para los nuevos habitantes de la casa.
Del matrimonio nacieron Matías, de 24 años, Williams de 22, Gesia, de 20, y Rosita, de 16. Llegaron para formar la gran familia Rodrigo, de 15, Melisa, de 14, Yonathan, de 11, Valentina, de 8, y Luz, de 5.

Con voz serena, David conversó con Clarín: "Ellos son sobrinos de mi esposa. Y la estaban pasando muy mal. Nosotros quisimos demostrarles que hay una vida distinta, una vida de amor y no de sufrimiento. Por eso velamos por ellos. Tenían que saber que hay algo distinto".
Durante la vida con sus padres biológicos los chicos tienen una historia de trato violento y abusos. Hubo denuncias en comisarías, escuelas y hasta prohibición de acercamiento que nunca se respetó. Por eso la justicia decidió separarlos de sus padres. Sus destinos apuntaban a estar en lugares distintos. Pero ellos no querían separarse.


"Nosotros tomamos la decisión de traerlos a vivir con nosotros porque son hermanos y deben estar y crecer todos juntos. Hicimos todas las presentaciones y la jueza de familia del Juzgado número 3 Verónica Daniela Roberts nos dio la tutela definitiva. Estaban en un gran estado de vulnerabilidad".
Todos están escolarizados. Y es más: Luz en su jardín, Yonathan en la primaria y Rodrigo en la secundaria son abanderados. Y el año pasado este último fue puesto como ejemplo por el director del colegio porque fue el único que no se llevó ninguna materia.

Los Mansilla necesitan ayuda. Si bien lo material es lo menos importante, cumplir con las obligaciones que demanda la tenencia es complicado. David gana 37 mil pesos. Y solo de servicios tienen cerca de 7 mil. "Pero no nos quedamos. Yo salgo de mi trabajo y hago changas, a veces con mis hijos mayores. Podamos árboles, limpiamos patios, hacemos soldaduras, arreglamos techos. No nos importa cuál sea el trabajo. Lo importante es poder cumplir con ellos".

Pero surgen inconvenientes inesperados. Por ejemplo, Melisa, Valentina y Luz usan anteojos. Y a dos de ellas se les rompieron y por ahora no los pueden reponer. Además el frío castiga y fuerte en el invierno patagónico por lo cual la ropa siempre es escasa.
Reciben poca ayuda del estado. Por no decir nula. Los chicos debieron hacer terapia, pero solo les pagaron una parte. Y ahora se hace cargo el matrimonio. Solo el intendente de Pico Truncado, Omar Fernández, les envía una bolsa de comida cada 15 días. Por lo demás, fueron abandonados a su suerte.

Pero en casa de los Mansilla todo está organizado. Cada niño tiene una misión que cumplir y así pasan los días. En lo material van "parchando". Lo importante es que ahora, el amor está por delante de todas las cosas. Los chicos dejaron atrás una historia gris, de violencia, abusos y denuncias. Y encontraron un lugar donde vivir mejor. "Si uno no hace nada por los niños, si no tiene amor por ellos la vida nos pasará por el costado". Con esa frase David terminó la charla con Clarín. Una "changa" lo esperaba. Una más para poder seguir construyendo de la mejor manera, su nueva familia.
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