Cirujana salvó a esta bebé de una rara enfermedad y después la adoptó

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La doctora contó cómo llegó a su vida una niña que luego adoptaría.








Era febrero y en Philadelphia nevaba. La Dra. Christine Finck, ahora cirujana en jefe del Centro Médico de Niños de Connecticut, estaba de guardia. Cerca de las 11 de la noche, le avisan que, en otro hospital, una niña había nacido en forma prematura con gastrosquisis, una rara condición que hace que los intestinos estén fuera del cuerpo. Finck agradeció la información y aseguró que ella misma recibiría a la nena luego del traslado. Por supuesto, sin saber que un año después la adoptaría.

“No tenía idea de que esa noche cambiaría mi vida”, escribió la Doctora en una publicación en el blog del Centro Médico. Allí contó que recibió a la bebé y que, a pesar de su condición, se veía como una luchadora. Dado que la madre había quedado en el otro hospital, hablaron por teléfono y le describió lo que necesitaba hacer. Allí se enteró que la nena se llamaba Isabelle.

Finck explica que el primer año de Isabelle fue muy duro, que necesitó varias operaciones para acomodar sus intestinos y que ella, como cirujana a cargo del caso, la cuidó todos los días. Cerca del año de la niña le dieron el alta, aunque aun la alimentaban por vía intravenosa.

Isabelle nació con gastrosquisis, una rara condición que hace que los intestinos estén fuera del cuerpo.

“Su mamá era muy joven y no tenía ningún apoyo en su hogar. Amaba a Isabelle e hizo un esfuerzo por cuidarla. Sin embargo, luego de dos noches, la trajo a mi oficina”, narra. “Recuerdo cómo su cara se puso roja y, con timidez, me dijo que no podía quedársela, ya que no tenía una familia que la ayude. En ese momento le dije que podía adoptarla”, rememora. La madre, de acuerdo a la profesional, le agradeció ya que era “quien mejor la conocía”.

Luego, describe una serie de pasos legales que la llevaron a adoptar formalmente a Isabelle, y explica cómo su marido no dudó en acompañar su decisión. Hoy, la niña tiene 13 años y se encuentra saludable, gracias a los cuidados de su “familia no médica”, que aprendió a manejar el equipamiento necesario para alimentarla cuando llegó. “No puedo recordar la vida sin ella. Me ha enseñado tanto acerca de ser madre y doctora. Suelo mirar al cielo y agradecerle a Dios haber estado de guardia ese día. Creo que tenemos un vínculo especial”, reflexionó Finck.

Isabelle y su hermana menor, Madeline.
Isabelle y su hermana menor, Madeline.


La cirujana, también madre de Madeline y John Michael, volvió a contar su historia recientemente a medios estadounidenses esperando “concientizar acerca de la adopción y lo positiva que puede llegar a ser, no solo para una familia sino para los niños”.
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