PURO AMOR: adoptaron a dos nenes con síndrome de Down y les cambió la VIDA

Alicia está casada con Oscar hace 30 años. Siempre habían soñado con ser papás y por eso rápidamente llegaron Nadia y Ramiro. Después de 13 años, nació Tomás con trisomía 21. Al tiempo, conocieron a las nenas en un hogar y tuvieron la certeza de que se convertirían en sus hijas.






Alicia Kosinski se enamoró de Oscar Espinosa hace más de 30 años. Se casaron y decidieron formar una familia. Primero llegó Nadia y después Ramiro. Pasaron 13 años y quedó embarazada de Tomás, que nació con síndrome de Down. «Era un bebé muy esperado por todos, el más chiquito después de muchos años. Por eso, cuando los médicos le explicaron a mi marido sobre la anomalía genética con el que había nacido, al principio fue difícil. En los estudios que me había hecho durante el embarazo, nunca había habido ningún indicio. Para mí, era uno de los momentos más felices de mi vida. Cuando me lo informaron, lo miré a los ojos y le dije que lo amaba, que yo iba a estar siempre para él», explica Alicia.

Tomás recibió estimulación y tratamientos desde los quince días de vida y Alicia empezó a colaborar en hogares de chicos con síndrome de down. Tiempo después, la llamaron para contarle que habían ingresado dos hermanitas que se llamaban Laura y Evelyn. «Tenían 11 y 3 años. Las fuimos a conocer con mi marido. Estaban en un estado deplorable. Empezamos a llevarlas a casa y después las regresábamos. Las visitas se volvieron más cotidianas y las chicas se querían quedar con nosotros. Me pedían ‘tía no nos dejes’, pero nosotros sentíamos que no podíamos hacernos cargo. Nos dijeron que se ponían tristes y que era mejor que las dejáramos de ver. No podíamos afrontar el gasto económico que significaba tener cinco hijos y además, Tomy requería muchísima atención».

Finalmente dejaron de verlas. «Habían pasado casi tres años y decidí buscarlas. Una conocida averiguó y me contó que estaban en una institución estatal y me preguntó si quería ser la tutora. Recuerdo que me aclaró que la necesitaban. Estaban en un estado de abandono total. Laura ya tenía 13 y Evelyn 7 años.

Cuando ya habían hecho los trámites para convertirse en tutores, les informaron que estaban en estado de adoptabilidad. «Estábamos comiendo con mi marido los dos solos y nos llamaron para informarnos que las iban a separar para que fuera más fácil conseguirles una familia. Con Oscar nos quedamos mudos. Yo lloraba y mi marido me decía que tenía que pensar en el bien de ellas. Después de un rato comprendimos que solo podíamos hacer una cosa: adoptarlas nosotros. Nos anotamos en el registro y después de todas las instancias de adopción, se convirtieron en nuestras hijas».

Alicia siente la necesidad de aclarar que ella no pensaba tener más hijos. Después de que nació Tomás se había ligado las trompas, pero el corazón le decía que de alguna manera iban a poder criarlos a todos. «Fueron cuatro años muy difíciles porque las nenas llegaron a casa sin los controles médicos básicospara las patologías asociadas. Evelyn quedó ciega y sorda y casi se muere tres veces. Laura nació con cataratas congénitas y al igual que su hermanita, tiene microcefalia».

La familia Kosinski Espinosa vive con el sueldo de empleado de comercio de Oscar. «El estado nos ayuda a través del programa ‘Hogar Familia’ (con el que desde la provincia intentan promover la adopción de chicos con discapacidad) porque yo estoy todo el día enfocada en ellos y además, contamos con dos acompañantes terapéuticos que están durante el día para ayudarnos».

Después de cuatro años de adaptación y convivencia, Alicia siente que todo avanza a paso firme en la familia. «Los chicos van a un centro educativo terapéutico y gracias al equipo de psiquiatras están muy bien. Mis hijos más grandes al principio no querían saber nada con la adopción de Laura y Evelyn, pero quizás era por miedo a tanta responsabilidad y no sabían cómo íbamos a hacer. Hoy se aman y son todos hermanos».

El mensaje de Alicia es muy claro con respecto a la adopción de chicos con discapacidad. «Me pone muy triste cuando veo a muchas parejas que esperan tener hijos rubios y de ojos celestes. Los chicos con síndrome de Down pueden nacer de tu panza o ser adoptivos, pero de cualquier forma son los más lindo que hay en la vida. Es una experiencia enriquecedora que enseña a dar amor, a creer que siempre se puede. Eso es lo que queremos contagiar. Todos los chicos necesitan una familia».
Lo más visto
Dengue

Murió un niño de tres años por dengue

Diario Móvil
Nacionales

Según informaron, el nene tenía una cardiopatía congénita desde su nacimiento. Ingresó al hospital positivo de la enfermedad y su condición empeoró rápidamente. Se registran más de 269 mil contagios y 197 muertes en el país.