La nena sanjuanina del SEGUNDO MILAGRO del Cura Brochero en San Juan

La pequeña Isabella Aciar conmovió a todo San Juan con su milagrosa recuperación. Cuando se encontraba en su peor momento de salud, desde una parroquia le acercaron el poncho del Cura Brochero, pasó la noche con él y al otro día comenzó a mejorar. Los médicos aún no se explican por lo sucedido.






El cura brochero ha sido un Santo muy popular en San Juan. Conocido es el caso de Camila que se recuperó milagrosamente de certeros golpes que la Justicia ya se encargó de condenar. Un caso más, según el testimonio de los papás de Isabela Aciar Sánchez 4 años, se suma a lo que el santo habría obrado.

Su mamá Daniela, con sus jóvenes 30 años, relató lo sucedido: “Isabela empezó con fiebre, luego dijeron q era viral, después le dieron antibióticos, pero al otro día amaneció y ya no se movía. La internaron y la intubaron. Estaba muy grave, creían que no sobreviviría. Le diagnosticaron neumonitis bilateral. Sabemos que se salvó de milagro luego de 16 días internada”.

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“Fueron 16 dias de recuperación. Después que me dieron el alta fuimos a Buenos Aires, me dijeron que fue un milagro porque con la edad que tenía era muy difícil que sobreviviera. Tuvo una sepsis generalizada. Tenía la panza verde, y con los dias iba mejorando”, contó Daniela.

Ante la desesperación de la familia, una tía de la mamá de Isabella fue a la parroquia de Santa Lucia a pedir a unas señoras que hacían oración. Daniela recordó que “fueron un miércoles e hicieron una pequeña ceremonia del Cura Brochero. Cuando yo subo a la terapia a verla había un señor al que le habían dicho que debía llevar el poncho para Isabella. Él me lo dejó. Isabela pasó toda la noche con el poncho a su lado. Nos pasamos rezando con mi marido hasta las 7 de la mañana porque sabíamos que ella estaba muy delicada y con pocas esperanzas. A la mañana empezó a mejora y estabilizarse. Estuvo incluso a punto de sufir un paro. No tenia defensas”.

“Si bien nosostros somos católicos, no éramos devotos de Cura y conocíamos la historia. Incluso conocíamos a Camila. Y para nosotros fue un milagro. Yo digo que la fe mueve montañas. En las cosas más desesperantes hay que tener fe. Fue mucha gente a apoyarnos, de distintas religiones. El rezo en comunidad ayuda mucho. Además del Santo también queremos agradecer a Emanuel Fernández, que es el terapista y a todo el equipo del Sanatorio Argentino”, finalizó Daniela.
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