Juliana Awada se despide con nostalgia y fotos de la Quinta de Olivos

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La mujer del presidente Maurio Macri está publicando sus últimos minutos de disfrute en la residencia de zona norte de la cual se encargó de personalmente desde el momento en el que Macri asumió el cargo. Las flores, los jardines, la huerta y algunos momentos compartidos con su hija Antonia son algunas de las fotos con las que Juliana se despide del lugar en el que vivió como Primera Dama.








Hasta que Macri y Awada consigan una casa donde vivir, se mudarán en forma transitoria a la quinta Los Abrojos, que la familia Macri tiene en Los Polvorines, en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas, donde suelen ir a descansar los fines de semana.

Luego del triunfo en las elecciones generales de 2015, el matrimonio tardó casi tres meses en instalarse en Olivos. Durante ese tiempo, se llevaron adelante refacciones valuadas en 18 millones de pesos, que por ese entonces equivalían a un millón de dólares. La obra estuvo a cargo de la Secretaría General de la Presidencia e incluyó tanto arreglos, como la compra de nuevo mobiliario para la residencia principal; así como para el chalet de huéspedes y el anexo presidencial.

La casona de estilo colonial construida en 1850 por Prilidiano Pueyrredón sufrió diversas reformas, generalmente a gusto de las sucesivas primeras damas, pero fue Juliana Awada quien le dio protagonismo al espacio convirtiéndolo en el escenario perfecto para reuniones, notas para revistas extranjeras y en el hogar cálido y cuidado para que pudieran vivir durante los cuatro años del mandato junto a la pequeña Antonia.

El 10 de Diciembre serán Alberto Fernández y su pareja Fabiola Yáñez quienes se muden ahí y, seguramente, disfruten del estilo y los espacios diseñados por pedido de Juliana Awada y Mauricio Macri así como de los jardines y la huerta que se hizo famosa por las recetas con vegetales que la Primera Dama solía compartir en sus redes sociales.

La residencia de Olivos ha sufrido varios cambios a lo largo de su historia, cuyo origen data del año 1854 como casa presidencial de verano y que tuvo a Arturo Frondizi como primer presidente permanente viviendo allí.

Carlos Menem fue el mandatario que más cambios realizó: en sus dos mandatos, gastó alrededor de diez millones de dólares en distintas refacciones que tuvieron que ver con equipamientos deportivos, tales como canchas de golf, fútbol, tenis y paddle. También remodeló la piscina, agrandando su tamaño.

En marzo de 2004, el matrimonio Kirchner inició una serie de trabajos de mantenimiento del chalet que incluyeron remodelación de techos y pintura de paredes, arreglos en los vestuarios y reposición de árboles, arbustos y flores en el jardín de 35 hectáreas. También remodelaron la casa de huéspedes, una vivienda de 150 metros cuadrados que utilizaba Fernando de la Rúa para aislarse del chalet y en la que luego Florencia Kirchner se instaló para llevar adelante los últimos meses de su embarazo.
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