Leonel tiene 11 años y una enfermedad terminal. Padece el síndrome de Sanfilippo, una deficiencia genética que ocasiona degeneración grave del sistema nervioso central, que produce un deterioro generalizado y que, finalmente, provoca una muerte precoz. Ahora, después de que dos mujeres le donaran un lote y ayudan económicamente en su tratamiento, buscan colaboración para construirle una vivienda en donde pueda vivir mejor, mientras se espera un milagro.
Leonel recibe atención médica desde hace tiempo. Dejó de hablar y caminar hace un año, se alimenta por sonda y necesita oxígeno para respirar. Su mamá, Gabriela Celeste Zárate (31) es madre sola y tiene otros dos hijos, Natasha (7) e Isaías (2).
“Ahora está en silla de ruedas y se alimenta con sonda. Tiene neumonía y bronquitis a repetición y necesita oxígeno para respirar”, dice su madre.
La familia vive en Las Heras, en El Algarrobal. Gabriela reconoce que viven en una casa muy precaria y usurpada. “Es solo una cocina comedor y una habitación, donde dormimos todos juntos”, dice.
Se sostienen con “algunas cosas dulces” que elabora y vende la madre y “algunas “changuitas”, además de tener como auxilio la pensión de Leonel y la asignación familiar de sus otros dos niños.
Hace un tiempo, soñando con darle un lugar mejor para vivir a Leonel, algo indispensable y hasta exigido por los tratamientos y condiciones médicas del niño, “quería comprar un lote y hacer mi casa. Pagué una cuota pero después internaron a Leonel (por uno de sus constantes cuadros de neumonía). Entonces me donaron el lote”, cuenta.
Nancy Fabiola Castro y Andrea Rodríguez son las dueñas del loteo del Barrio Las Viñas, también de El Algarrobal, y que fueron las que le donaron el lote a la familia. Pero fueron más que eso. Ahora le cubren los gastos médicos, algunas sesiones de kinesiología y de insumos que no le cubre la obra social a Leonel. Y más aún. Además de visitarlo constantemente, hicieron gestiones para intentar que el estado municipal pueda construirles una vivienda y, al no avanzar rápidamente este pedido, iniciaron una campaña para reunir materiales y poder levantar la casa porque Leonel “no tiene mucho tiempo para esperar”, cuenta Nancy Castro.
“Nos han ofrecido dos camiones, para que busquemos los materiales y nosotras llevamos a la gente que quiera donar horas de trabajo y les damos de comer… pero no podemos hacer todo solas”, dice. Incluso lograron que Desarrollo Social de la Municipalidad de Las Heras se encargue de techar la casa, una vez que las paredes estén completas, pero todavía necesitan ayuda.
Cuenta que, antes de iniciar la campaña, intentaron gestionar la solución en la comuna y hasta fueron recibidas por el intendente Orozco, pero se encontraron con que “yo tengo un instrumento privado que me acredita como titular registral de las tierras, hasta que formalice la escritura y los planos de mensura están aprobados por Catastro de la Provincia”, pero, para que la comuna pueda construir allí una casa, exige la escritura a nombre de la familia que recibió la donación. “Todo esto es algo que está en trámite, pero que lleva un tiempo y lo que no tiene el niño es tiempo”.
Dice que “las 24 horas Leonel está con cuidados paleativos. Tiene una enfermedad grave, crónica y terminal”.
Cuenta que, hasta ahora, “hemos recibido muy poquitas donaciones de la gente de la zona, que pone mucha voluntad pero no pueden hacer más”.
Así fue que la campaña se difundió por las redes, intentando mejorar la calidad de vida de Leonel, mientras él sigue aferrándose a ella.
Para colaborar, se debe llamar a los siguientes teléfonos:
Milagros tenía 13 años y su luz se apagó el pasado viernes. En julio del año pasado había recibido un trasplante de médula, donada por su padre y si bien fue exitoso, la enfermedad regresó con más agresividad.
El hombre retiró los productos que había solicitado y se fue del comercio. Sin embargo, la mujer que presenció toda la secuencia, cubrió los billetes con su pie y se los llevó.
