Enfermero adoptó un bebé al borde de la muerte: “Le prometí que si abría los ojos, lo llevaba conmigo a casa”

Un día, mientras lo cuidaba en terapia intensiva, se dio cuenta que haría lo imposible para convertirse en su papá.







Matías Devincenzi conoció a Santino en febrero de 2017. Él trabajaba como enfermero en el hospital Eva Perón de San Miguel de Tucumán. Santi había nacido veinte días antes y su familia lo había abandonado. Desde el primer encuentro, Matías sintió algo especial pero nunca imaginó que meses después estaría luchando por convertirse en el papá de ese bebé. “Tenía un problema uronefrológico, y malformaciones en pies y manos de nacimiento. A mediados de marzo, sufrió una infección y quedó internado en terapia intensiva, pero yo no estaba porque me había tomado unos días de licencia”, explica Matías a TN.com.ar.





Cuando volvió a su trabajo, se encontró con el bebé internado y sin pensarlo dos veces se acercó a verlo a cuidados intensivos. Lo miró y le pidió que abriera los ojos, que él se haría cargo y lo llevaría a casa. “Los abrió y yo sentí que era una señal. Inmediatamente me asumí como su papá y comencé a averiguar sobre la adopción”.

Se anotó en el registro de adopción, hizo todas las entrevistas y se interiorizó sobre cómo tendría que hacer para que Santi fuera su hijo con todas las de la ley. Mientras tanto, el nene seguía internado en neonatología. “Al tiempo lo derivaron del hospital a Sala Cuna. Estuvimos separados dos meses hasta que salió la guarda legal el 6 de noviembre”.

Este orgulloso papá recuerda que para su cumpleaños, el 6 de noviembre, le confirmaron que empezaba el período de adaptación. Él sintió que era un regalo. “A los 29 años lo adopté. Nunca había pensado en ser padre, estaba soltero, pero durante todo el proceso siempre estuve confiado en que nos iban a permitir estar juntos como familia”.









Para ambos, desde el comienzo, su vida juntos fue un aprendizaje. “Ahora Santi está muy bien, pero cuando me lo entregaron tenía siete meses y un retraso madurativo de cinco. Casi no se movía y no podía gatear. Rápidamente empezamos con estimulación temprana y pudimos revertir la situación”.

En todo este tiempo Santino se enfrentó a diferentes complicaciones, pero tiene unas ganas irrefrenables de aprender y ser feliz. “Le habían hecho una cirugía antes de que me permitieran que lo llevara a casa y después, tuvimos que volver a intervenirlo. Le sacaron un riñón y en noviembre del año pasado le hicieron cirugía en las manitos y los pies”.

A los quince días de estar en casa con Matías, el bebé recuperó la movilidad. “Así fue resolviendo uno por uno sus problemas. Es un niño como cualquier otro. El 20 de febrero cumplió dos años. Se ríe, juega y comparte la vida con sus abuelos y tíos que nos acompañan y me ayudan con el cuidado de él. Por supuesto una de las primera palabras que dijo fue papá”.

Matías quiere transmitir el sentimiento de amor que el siente por su hijo e invitar a que otros contemplen la posibilidad de adoptar. “Mi intención es concientizar sobre que hay muchos chicos en situación de abandono y que no hay nada más maravilloso que dar y recibir el amor de un hijo. Les pido que se animen a la adopción”.



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