Quaden, el chico australiano de 9 años que conmocionó al mundo con un video en el que contaba cómo lo maltrataban, hará un viaje inolvidable. ¡Y lo saludo hasta Wolverine!
Quaden Bayles, de 9 años, y su madre Yarraka Bayles recibirán como regalo un viaje al Disneyland de California luego de que ella viralizara en la red social Facebook un video de su hijito, quebrado en llanto, manifestando que quería suicidarse porque sufría bullying en la escuela a la asiste en Australia.
La iniciativa fue creada a través de la página GoFund por el comediante estadounidense Brad Williams, quien recaudó casi 170 mil dólares para solventar el viaje para Bayles y su mamá.
“Esto no es solo para Quaden, es para cualquiera que haya sido acosado en sus vidas y le hayan dicho que no eran lo suficientemente buenos. Le demostremos a él y a otros que hay algo bueno en el mundo y que lo merecen”, dijo Williams en la página de recaudación de fondos.
Quaden llegó a los corazones de cientos de personas en el mundo tras viralizarse un video en que lloraba desconsoladamente porque sus compañeros de escuela, en el estado australiano Queensland, lo acosaban con burlas. La grabación muestra al chico en el asiento de atrás del auto mientras, quebrado, le pedía a su madre: "Dame un cuchillo, quiero suicidarme".
El video fue compartido por la mujer en Facebook para concientizar sobre los peligros del bullying y alcanzó más de 16 millones de reproducciones desde que se compartió el 18 de febrero. Cientos de personas brindaron su apoyo y ayuda al chico, incluso personalidades reconocidas.
Un saludo especial
En su cuenta de Twitter, Hugh Jackman, publicó un video en el que le habla al chico para hacerle llegar que es su "amigo". "Quaden, eres más fuerte de lo que crees, amigo, y, no importa qué, tienes un amigo en mí", dijo el actor de Wolverine, quien además aprovechó el breve clip para recordarle al mundo entero que todos atraviesan por batallas diferentes y por ese motivo, la gente debe ser amable.
El hombre retiró los productos que había solicitado y se fue del comercio. Sin embargo, la mujer que presenció toda la secuencia, cubrió los billetes con su pie y se los llevó.
