Debido a la crisis, un zoológico analiza sacrificar cientos de animales

Los dueños de Borth Wild Animal Kingdom aseguran que solo tienen dinero para cuidar a los animales una semana más

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Los propietarios del zoológico Borth Wild Animal Kingdom, ubicado en Gales, han confesado que podrían tener que sacrificar a cientos de animales para no verlos morir de hambre. ¿La causa? La falta de recursos que sufre el lugar debido a la pandemia de coronavirus.

Así lo han anunciado Tracy y Dean Tweedy, dueños del centro, a través de un vídeo publicado en su página web. Según relatan, solo tienen dinero suficiente para cuidar a las criaturas una semana más.

«Financieramente las cosas se ven sombrías», puede leerse en los subtítulos del archivo. «Tendremos que empezar a buscar dónde reubicar a nuestros animales o, como último recurso, sacrificar a aquellos a los que no podamos encontrar un hogar».

Tras una temporada de invierno larga y tranquila, los problemas se agravaron cuando el gobierno sacó una subvención especial para zoos que solo pueden solicitar empresas de Inglaterra, no de Gales.

«Necesitamos más ayuda que nunca», han pedido los dueños. «A pesar de todo, estamos tan decididos como siempre a no darnos por vencidos».

Problemas previos

No es la primera vez que el zoo galés se sitúa en el punto de mira. Hace cuatro meses, y debido a la falta de personal cualificado en armas de fuego para actuar si un animal se escapara, el centro recibió la orden de cerrar. En febrero reabrió todas las áreas menos el recinto de los leones.

El lugar, que alberga a más de 300 animales, se enfrentó a numerosas peticiones de cierre en 2017 después de que los medios se hicieran eco del caso de un lince que murió estrangulado por accidente pocos días antes de que un segundo lince fuera asesinado a tiros tras una fuga a finales del mismo año.




Acusados de considerar el zoo como un pasatiempo y de mantener a los animales en condiciones que no son adecuadas, los propietarios niegan las acusaciones. Señalan que la vejez y las causas naturales fueron las que ocasionaron las 57 muertes de sus 305 animales tras la reapertura del lugar.

«Compramos el centro porque somos amantes de los animales y pudimos ver que este lugar necesitaba un poco de amor y atención», aseguraron a The Independent ante el aluvión de críticas que han recibido estos días. «Muchas de las especies son rescatadas del mercado o son mascotas exóticas que el propietario ya no puede cuidar»