El militar que se encomendó a Dios para ganarle la batalla al COVID-19

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Un ejemplo en Ecuador que habla de máxima confianza y esperanza en medio de la pandemia que afecta de manera especial a América Latina.






No es la imagen más habitual y generalizada de los militares. Suelen aparecer públicamente mostrando su perfil más adusto y máxime en países con fronteras calientes como Ecuador, con arma en mano y en actitud de vigilancia.

Pero claro, en muchos casos es tan solo una postal, como la de la foto de portada, pues detrás del uniforme es posible encontrar lo más sublime y hasta gestos de fe que muchas dejan a más de uno desconcertado.

En Franklin Guaita, sargento del Ejército de Ecuador, se podría resumir todo esto. En las últimas horas su lucha contra el coronavirus fue reproducida por medios como El Comercio y dejan de manifiesto la dureza de la enfermedad –en muchos casos-, pero también la respuesta más adecuada cuando todo parece oscuridad.

“Una verdadera tortura”, dice Franklin a ese medio a la hora de recordar su padecimiento. Rápidamente menciona la sensación de dolor en el pecho y hasta de “descargas eléctricas” en su cuerpo.

Según se informó, este militar permaneció aislado durante tres semanas y estuvo ocho días en un hospital. En el medio de todo esto, complicaciones pulmonares y hasta la necesidad de un tanque de oxígeno (tema que genera preocupación en varios países de la región como Perú, Bolivia, entre otros), además de tener que estar alejado de sus seres queridos, entre ellos sus mellizos de nueve años. Recién este 5 de julio logró ganar la gran batalla contra el COVID-19.

Ahora bien, lo que hasta ahora aparece como una historia más de superación, como tantas que se han dado en estos meses a lo largo y ancho del mundo, aquí aparece un ingrediente más (aunque lejos de ser exclusivo o extraordinario). Pues el «Vía Crucis» de Franklin no estuvo exento de oración.

A continuación lo más sublime del relato que publica El Comercio:

“El militar cuenta que llegó a pensar que moriría y por eso cada noche se encomendaba a Dios y le decía ‘que se haga tu voluntad’”.

Franklin asegura que se contagió en su trabajo, pero no deja de reconocer que siente orgullo de servir a su país como militar, se concluye.

He aquí lo que sucedió con este soldado, un hombre que de alguna manera se transforma en homenaje y aliento a tantos que cumplen tareas de servicio en medio de la pandemia y que nunca pierden la fe. Por eso, ahora, lo que menos importa es que te mostremos su rostro.

La batalla contra el COVID-19 en Ecuador
La lucha contra el coroanvirus sigue sin tregua y está en su etapa más decisiva en varios países de América Latina. En el caso de Ecuador -unos de los más afectados al comienzo del avance del virus en la región, pero con cifras más controladas- hasta el momento se han confirmado más de 60.000 casos positivos y más de 4.800 personas fallecidas.

En los últimos días ha generado particular preocupación el ascenso de casos en la capital del país, Quito (en los últimos seis días hubo más de 1600 casos, se indica desde el Ministerio de Salud en base a datos recopilados como El Universo).

Esto también genera alarma entre la Federación Nacional de Funerarios, organismo que señala que si se registra un alto número de fallecidos podría haber dificultades, recuerda El Universo.

En tanto, a nivel de Iglesia se continúa la labor de ayuda a los más vulnerables y afectados por la pandemia. Tal es el caso de Guayaquil, donde la Arquidiócesis “ha beneficiado a más de un millón y medio de personas”, publica la web. O incluso el reciente abrazo del papa Francisco con la donación de dos respiradores que llegaron a fines de junio al Hospital Eugenio Espejo (Quito) y que fueron entregados por el nuncio Andrés Carrascosa Coso.
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