Murieron 16 abuelos de un geriatrico que habían evacuado por un caso de coronavirus

Tanto los familiares como los dueños del lugar apuntan contra el operativo del municipio de San Miguel.








Un caso de coronavirus en un geriátrico de San Miguel terminó con la posterior muerte de 16 de los residentes. Ahora, tanto los familiares de las víctimas y sobrevivientes como los dueños de la residencia apuntaron contra el protocolo que llevó a cabo el municipio.

Todo comenzó cuando una enfermera que trabajaba allí festejó su cumpleaños en familia, se contagió y habría llevado el virus a la casa de adultos mayores “Bello Horizonte“, que contaba con 40 residentes.

Lo concreto es que los familiares de los fallecidos y sobrevivientes realizaron el 27 de julio una denuncia penal en la UFI N° 4 de San Martín contra diversos integrantes del Municipio de San Miguel, entre los que se encuentran el subsecretario de salud, médicos y agentes de tránsito, entre otros.

Según Verónica Nogueira, dueña de “Bello Horizonte”, se trató de “un operativo violento para los residentes del hogar, desprolijo y sin respetar las medidas sanitarias”.

Hasta el momento, están confirmados seis como víctimas del coronavirus de los 16 muertos que hubo en total, de acuerdo a lo que informó el Sistema Integrado de Información Sanitaria.

“Los muertos restantes sólo lo sabe Dios. Negligencia sanitaria, imagino, pero yo no soy juez de nadie, sólo me ocupo de cuidar abuelos. Sólo que no me dejaron“, señaló Nogueira.

De acuerdo a lo que consta en la primera página de la denuncia, buscan que se investigue “la posible comisión de los delitos de encubrimiento agravado, abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público y abandono de personas”.

Entre los principales acusados se encuentran el Secretario de Salud del Municipio de San Miguel, Diego Lambert; el veterinario Alejandro Ameal: Matías Traynor, coordinador de Inspectores de Tránsito de la Municipalidad de San Miguel; Mariano Calvente, director de Control Urbano de dicho municipio; Facundo Caiña, director administrativo del centro de aislamiento del Colegio Máximo y la doctora Viviana Bertollini, directora médica del centro de Aislamiento del Máximo, entre otros.

La evacuación se realizó en los primeros días de julio, en tres etapas; los residentes fueron trasladados a hospitales o centros de aislamiento sin haberles hecho los hisopados correspondientes.

“Se los llevaron con lo puesto, en camisón, a lo sumo un saquito con el frío que hacía y a los minusválidos los movieron sin sus sillas de ruedas y los dejaron tirados en camas durante el período de aislamiento. ¡Sabés el shock que significa ese maltrato para nuestros viejitos! Los arrancaron de su lugar de pertenencia, de sus cosas y los depositaron como si fueran mercadería”, describió Nogueira.
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